COCTEAU JEAN (1889-1963).

MANUSCRITO autógrafo "Jean Cocteau", [Devant l'Aurige, 1953]; 5 páginas en 4 en bolígrafo azul (se adjunta el manuscrito). Hermosa evocación de la Auriga de Delfos. Este texto fue escrito para el libro de Doré OGRIZEK, La Grèce (colección "Le Monde en couleurs", Éditions Odé, 1953); se publicó en Les Nouvelles littéraires del 12 de noviembre de 1953. "Siempre he considerado a la Auriga de Delfos como un ciego que camina inmóvil, un signo del tiempo que nos engaña, de una columna votiva con ojos de esmalte y pestañas de bronce, una continuidad de esta Grecia cuyo papel en el desorden del mundo no estoy capacitado para decir, pero a la que, en virtud del poder conferido a los poetas, adjudico el orden del mito, un orden invisible y soberano. [...] ¡Pobrecita Aurige! Sus dedos descansaban en un carro de caballos. Anunció el anfiteatro de Delfos. Amputado, privado de su carruaje, no se detiene. Sólo hace el gesto de detenerse. Pisa tranquilamente un pedestal"... Tomando decididamente partido por el mito frente a la historia, enuncia un principio que ilumina toda su estética: "La genealogía de los mitólogos es menos sospechosa que la de los historiadores. Porque la historia se deforma a la larga y el mito se forma a la larga. Porque la historia es la verdad que se vuelve falsa y el mito es lo falso que se afirma. Luego evoca su reciente viaje a Grecia, donde "uno empieza a esperar en lugar de desesperar en la jaula abierta del saltamontes Pallas"... Se adjunta un MANUSCRITO autógrafo, [1954] (1 1/2 páginas en 4). Notas para su diario. Este manuscrito consta de once entradas, separadas por asteriscos. No se trata de apuntes del día a día, sino de reflexiones sobre sí mismo y su trabajo. "Edipo-Rey". Como con el gran tapiz del Museo de Antibes, intento pintar mientras escribo, para contar la historia. Sobre su participación en la película de Hans RICHTER y Marcel DUCHAMP, La Partie d'échecs de Marcel Duchamp : "Casi toda mi secuencia está invertida, en contra del principio de causalidad. Los efectos se producen antes que la causa"... Sobre la Villa Santo-Sospir: "En 1950 empecé a tatuar las paredes. Hice los techos en 1953, así como los mosaicos del porche"... Sobre la incomprensión entre él y el público: "Nunca he leído nada sobre mí más que inexactitudes, cosas que nunca he hecho o dicho. Y sólo me gusta la precisión. Es mala suerte"... Y así sucesivamente.