COCTEAU JEAN (1889-1963). Manuscrito autógrafo, [La Jeunesse et le Scandale, 192…
Descripción

COCTEAU JEAN (1889-1963).

manuscrito autógrafo, [La Jeunesse et le Scandale, 1925]; 76 páginas de un pequeño cuaderno in-4 (22 x 17 cm), en tinta negra sobre papel rayado, lomo de tela marrón y tapas de cartón (lomo un poco desgastado). Conferencia sobre el arte de vanguardia y los escándalos artísticos. Cocteau pronunció esta conferencia en la Universidad de los Anales el 27 de febrero de 1925. El acompañamiento musical corrió a cargo de Marcelle Meyer y Jean Wiéner. El texto fue recogido en el volumen IX de las OEuvres complètes (Marguerat). El manuscrito presenta tachaduras y correcciones; generalmente está escrito en el anverso de las hojas, y a veces se añaden desarrollos en la página opuesta. En la portada, un dibujo a pluma (boceto de un rostro de perfil). Cocteau comenta en particular su colaboración con músicos, como Parade con Érik SATIE, o Les Mariés de la Tour Eiffel con el Groupe des Six, evocando a STRAVINSKY y Le Sacre du Printemps, o incluso la música de las bandas de jazz americanas... Cocteau, que se dirige a un público joven al que se niega a dar un curso, explica que sólo puede ofrecer su propia experiencia como showman para reflexionar sobre lo que es escandaloso o no, voluntariamente o no. Afirmando que la verdadera belleza es en sí misma escandalosa porque cambia constantemente las reglas del juego, dice que busca la risa ante la nueva belleza que se reconoce por sus ojos azules y que "da a las almas dignas de enfrentarse a ella una náusea deliciosa, una especie de choque [...] entre el vértigo del amor y la muerte". [Cuidado con el barroco, con el pintoresquismo, con la originalidad demasiado visible que pinta la vieja tela en lugar de cambiar la trama [...]....] Se trata, después de los excesos de una especie de romanticismo, de barbarie, triunfante como siempre, frente a las gracias flácidas y blandas del impresionismo, de recrear un nuevo orden rico en las lecciones de la decadencia, de la Capua impresionista y de la violencia que la aplastó, y de rehacer para nuestro espíritu enriquecido, sacudido, embrutecido, un molde sabio sin el cual Francia nunca podría vivir, rico en lecciones. Citando pasajes del Cabo de Buena Esperanza y del Canto llano, advierte a sus oyentes contra el esnobismo que se forma en torno a la audacia, y que carece de flexibilidad, porque hay que poder aplaudir al mismo tiempo a Stravinsky, a Satie y a Gounod A continuación, cuenta cómo el público acogió su Antígona, puesta en escena en Dullin's en 1922, donde lo sublime de Sófocles hacía reír a veces a un público demasiado elegante con Jean Cocteau. Luego vuelve al inmenso escándalo del Desfile de 1917: "Algunos espectadores llegaron a las manos. Cruzaba los pasillos con Apollinaire para reunirme con Picasso y Satie, que me esperaban en un camerino, cuando una cantante gorda me reconoció. [...] Se lanzó sobre mí para sacarme los ojos, blandiendo un alfiler de sombrero. El marido de esta bacante y Guillaume Apollinaire se tomó todas las molestias del mundo para salvarme. Tras citar el comentario de un espectador: "Si hubiera sabido que era tan estúpido, habría traído a los niños", Cocteau continúa: "Este señor no tenía ni idea de que es precisamente la mirada infantil lo que le falta al público moderno y que a fuerza de querer ser tratados como adultos, estos públicos sólo pueden soportar el aburrimiento. Tres años después, la reposición de Parade fue un triunfo. Tuvimos que volver para saludar a Satie, Picasso y a mí después de 12 bises al borde de un palco. Los mismos que nos querían muertos en 1917, en 1920, nos aplaudieron de pie. [...] La orquesta de Parade es una vuelta a la sencillez, a la claridad. Ese es su verdadero escándalo. En 1917 abucheamos antes de escuchar, y nuestros jueces tomaron el ruido que hacían por el de la música. En 1920 me escucharon". Luego recuerda el primer escándalo que presenció, el de La Consagración de la Primavera en 1913, que se ha convertido en un clásico. En cuanto a Les Mariés de la Tour Eiffel, no pensaba en el escándalo: "Mi única preocupación es sustituir la poesía en el teatro por la poesía en el teatro. Es todo lo contrario. La poesía en el teatro es como presentar un fino encaje a distancia. La poesía en el teatro sería un guipur de cable, un gran guipur que se ve desde lejos"... Cuenta su descubrimiento y su amor por el jazz, antes de evocar para terminar la historia de "un santo, un hombre que es con Picasso mi maestro de sabiduría", Erik SATIE, cuya vida y obra recorre... Adjunto : Le Cap de Bonne Espérance, poema (Éditions de la Sirène, París, diciembre de 1918) ; in-8 cuadrado, rústica, cubierta empastada. Primera edición, impresa a 510 ejemplares, uno de los 500 ejemplares en papel bouffant (n°253), en perfecto estado.

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