GIDE, André. Voyage au Congo seguido de Retour du Tchad e ilustrado con sesenta …
Descripción

GIDE, André.

Voyage au Congo seguido de Retour du Tchad e ilustrado con sesenta y cuatro fotografías inéditas de Marc Allégret. París, Gallimard, 1928. Gran in-4 de 304 pp, (2) ff, 64 fotografías, 4 mapas : rústica, estuche antracita de medio marroquín con esquinas, carpeta. Adjunto: ALLÉGRET, Marc. Colección de 204 fotografías originales tomadas durante el viaje con André Gide. 3 álbumes folio de 218 fotografías montadas sobre lengüetas, incluyendo 204 impresiones de época y 14 impresiones modernas: medio morocho antracita con esquinas, carpetas. Edición de lujo, la primera ilustrada: está decorada con 64 notables fotografías fuera de texto de Marc Allégret. La ilustración también incluye cuatro mapas. Los dos informes de viaje fueron publicados por primera vez por Gallimard en 1927 y 1928. Ejemplar impreso en papel Japón, sin justificar. Encargado de una misión de información por el Ministro de las Colonias, que le valió facilidades y créditos, André Gide viajó por África Central, del Congo al Chad, de julio de 1926 a mayo de 1927. Le acompañaba su amante, Marc Allégret (1900-1973), que le había confiado su padre, el pastor Élie Allégret, su antiguo tutor. A la vuelta del viaje, Gide publicó su diario de viaje. Aunque no condenó formalmente la colonización como sistema, sí denunció sus abusos. En efecto, el escritor ha sido testigo indignado de la explotación de los nativos por parte de las grandes empresas concesionarias. Al visitar Roger Martin du Gard a su regreso, no pudo contener su emoción al leer un informe, aunque antiguo, sobre una tribu "oprimida por nuestra colonización". Martin du Gard anotó en su Diario: "Su sensibilidad vuelve sacudida de su viaje. Es tan vibrante como un disco de micrófono" (citado por Michel Winnock, Le Siècle des intellectuels, p. 223). Por lo tanto, André Gide quería alertar a los poderes públicos y movilizar a la opinión pública; había que servirle. La publicación de Voyage au Congo desencadenó una polémica, campañas de prensa, una investigación administrativa y un debate en la Cámara. Es cierto que el periódico de los arbustos mostró la otra cara de la historia. Conserva el atractivo de la historia de aventuras, aunque a veces transmite un mensaje subversivo, en la tradición de los viajes críticos que van desde el Supplément au Voyage de Bougainville hasta Tristes tropiques. "Obra excepcional por su tono y la riqueza de su contenido, el Voyage au Congo, desconocido por el gran público en beneficio de obras más complacientes, constituye el monumento más insustituible de la historia de África en la primera mitad del siglo XX por la sorprendente presentación que hace de las situaciones, los hombres y las mentalidades que caracterizan la época colonial" (Beti, Dictionnaire de la négritude, p. 73). Un ejemplar excepcional enriquecido con una colección única de 204 fotografías originales de Marc Allégret tomadas durante el viaje. La Médiathèque de l'architecture et du patrimoine de París, que conserva cientos de negativos de las fotografías de Allégret, destaca en su presentación su calidad, que se debe, ante todo, a la verdad de la vista. "Marc Allégret se interesó especialmente por los hombres y mujeres que conoció, fotografiándolos y filmándolos en su vida cotidiana, su hábitat y algunas de sus costumbres que nunca dejaron de fascinarle, sobre todo sus bailes. La colección que aquí se presenta está formada por los negativos tomados durante su viaje. Ambos no eran etnólogos y miraban a sus contemporáneos con una visión que oscilaba entre los prejuicios propios de su época y un enfoque humanista. Así, la obra de Gide se considera una de las primeras en criticar el régimen colonial. Con Voyage au Congo, los diferentes medios de comunicación están, pues, íntimamente ligados. Las fotografías no deben considerarse meras ilustraciones de una narración escrita o un duplicado de las imágenes en movimiento. Son independientes y complementarios de la película y de los "Cuadernos de ruta". Las imágenes de Marc Allégret, que captan los peinados, las escarificaciones y el modo de vestir de las mujeres, así como la arquitectura de las cabañas, que difieren según las regiones visitadas, no tienen, sin embargo, ninguna finalidad antropométrica, distinguiéndose de las primeras fotografías de viajes de mediados del siglo XIX y principios del XX. El objetivo no era crear tipologías de las poblaciones, sino mostrar y dar a conocer su modo de vida; este empeño podía convertirse a veces en un verdadero alegato contra el trabajo forzado y la pobreza de las poblaciones locales. Fotografiar para dar a conocer un otro lugar, tal era el enfoque de los dos hombres". Procedencia: Dominique de Villepin, con ex-libris (2013, n° 115).

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GIDE, André.

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