BERLIOZ (Hector). Carta autógrafa firmada a su hermana Nanci Berlioz, fechada en…
Descripción

BERLIOZ (Hector).

Carta autógrafa firmada a su hermana Nanci Berlioz, fechada en París el 13 de diciembre de 1821, 3 p. ¼ in-4, dirección autógrafa. Notable carta de juventud, íntima y musical, escrita a los 18 años. El joven Berlioz estaba en París desde octubre, donde iba a comenzar a estudiar medicina, al tiempo que tomaba cursos de literatura para su propio placer. Primero se disculpó por su tardanza en responder, y luego desengañó a su hermana de esta idea: ...'Nunca pensé que fueras frío o indiferente conmigo; aunque no eres muy demostrativo, no pensé que lo fueras' (...). En París, se ve acosado por dolencias... "provocado a veces por el estudio repugnante, a veces por el desánimo que siento a menudo cuando, después de un trabajo persistente, reflexiono que no sé nada y que tengo todo por aprender..." Por otro lado, disfrutaba enormemente..." el curso de Historia del Sr. Lacretelle y la gran ópera. A continuación, se lanza a una larga evocación de este curso, citando anécdotas y afirmando: "Este hombre habla como un Dios (...) Es un gran placer asistir, pero casi nunca puedo hacerlo. " Toda la segunda mitad de la carta está dedicada a la extraordinaria impresión que le causó la Iphigénie en Tauride de Gluck, que había escuchado el 26 de noviembre en la Ópera. Esta página profundamente sentida, que parece anunciar toda la carrera musical de Berlioz, debe ser citada en su totalidad: "A menos que me desmaye, no podría haber sentido una mayor impresión cuando vi tocar Iphigénie en Tauride, la obra maestra de Gluck. En primer lugar, imagínese una orquesta de 80 músicos actuando con un conjunto tal que parece un solo instrumento. La ópera comienza: A lo lejos se ve una inmensa llanura (y la ilusión es perfecta) y más allá se ve el mar, una tormenta es anunciada por la orquesta, se ven nubes negras que descienden lentamente y cubren toda la llanura, el teatro está iluminado sólo por el brillo tembloroso de los relámpagos que parten las nubes, pero con una verdad y perfección que hay que ver para creer; es un momento de silencio, no aparece ningún actor, la orquesta murmura dulcemente, parece que se oye el silbido del viento (como seguramente habrán notado en invierno cuando uno está solo que oye el silbido del viento) pues eso es perfectamente (...)." Mostró una gran sensibilidad por la orquestación, y dio detalles al respecto: "Si pudieras oír cómo pinta todas las situaciones [la orquesta], sobre todo cuando Orestes se muestra tranquilo, bueno, los violines hacen un conjunto (...), que anuncia la tranquilidad, muy pianístico, pero por debajo se oye el susurro de los bajos, como el remordimiento que a pesar de su aparente calma se sigue oyendo en el fondo del corazón del parricida... " Correspondance générale", editado por P. Citron, t. I, carta 10, p. 34. Desgarro central restaurado, algunas partes perdidas.

BERLIOZ (Hector).

Las pujas estan cerradas para este lote. Ver los resultados