Marc Chagall (French/Russian, 1887-1985) Rencontre dans le ciel, circa 1980 Oil on canvas 29 x 24 inches (73.7 x 61....

Marc Chagall (francés/ruso, 1887-1985) Rencontre dans le cielalrededor de 1980Óleo sobre lienzo 73,7 x 61,0 cm (29 x 24 pulgadas) Firmado abajo a la derecha: ChagallFirmadoen el reverso: Marc ChagallPropiedad de un distinguido coleccionista y filántropo PROCEDENCIA: Propiedad del artista; J.F. Gobbi Galerie d'Art, Neuchâtel, Suiza; Adquirido por el actual propietario a los anteriores, 1996. El Comité Marc Chagall ha confirmado la autenticidad de esta obra. El lote va acompañado de un facsímil de un certificado de autenticidad del Comité Marc Chagall, nº 96430, fechado el 18 de abril de 1996. La calidez de la iconografía de Marc Chagall, muy personal, y su fuerte inclinación modernista le valieron ser uno de los artistas más queridos y populares del siglo XX. Chagall viajó desde su Bielorrusia natal a París en 1910, y entabló amistad con su colega André Lhote, a través del cual absorbió toda la inspiración que los impresionistas, postimpresionistas y fauves tenían que ofrecer, para acabar formando su propio lenguaje visual simbólico, caprichoso y emocional, que utilizó a lo largo de su carrera artística. Esta obra, ejecutada con ternura en un azul profundo y lánguido aplicado con un impasto espeso, evoca un tranquilo encuentro entre dos amantes a la luz de la luna, un motivo que aparece repetidamente en toda la obra de Chagall. Aunque parezca una pareja anónima, la figura de la novia representa a la primera esposa de Chagall, su gran amor, Bella Rosenfeld, a quien conoció en 1909. Tanto el artista como Bella describieron haber experimentado el amor a primera vista, algo que él relató en su autobiografía de 2013, Mi vida: "Siento que ella me ha conocido siempre, mi infancia, mi vida presente, mi futuro; como si me vigilara, adivinando mi ser más íntimo... Supe, esta es ella, mi esposa..."(p. 77). A partir de ese momento, Bella se convirtió en la eterna musa de Marc Chagall, y la pareja se hizo inseparable desde su matrimonio en 1915 hasta su prematura muerte en 1944 . La obra de Chagall de 1917, Bella con cuello blanco, representa a su Venus más grande que la vida, elevándose sobre un luminoso prado, tal vez a escala del tamaño de su amor por ella. El sentimiento de amor desenfrenado, de alcance ilimitado, no se limitó a Marc. De hecho, se visualizaba en la imaginación de ambos. Bella, escritora y poetisa, escribió sobre sus sentimientos al comprometerse: "De repente sentí que despegábamos. Tú también estabas en una pierna, como si la pequeña habitación ya no pudiera contenerte. Te elevaste hasta el techo. Tu cabeza se volvió hacia mí, y la mía hacia ti... Volamos por encima de campos de flores, casas con persianas, tejados, patios, iglesias". La visión de Bella de los amantes volando en silencio, literalmente arrastrados por la emoción, fue aceptada por Chagall, que incluyó a las parejas flotantes en su obra a partir de la década de 1920. Tras la muerte de Bella, el arte le sirvió a Chagall para dar salida a su profundo dolor. En él la inmortalizó. Sus retratos de ella se volvieron nostálgicos, y en la presente obra las figuras vaporosas aparecen como una especie de flashback; vemos a la pareja centrada en la composición, aparentemente compartiendo confidencias. Y la misma pareja aparece en el borde derecho de la obra, acurrucada bajo un paraguas rojo. Da un efecto similar al de las secuencias de recuerdos oníricos del cine contemporáneo, cuando se superponen dos escenas y se muestran al mismo tiempo. Sin embargo, en lugar de desentrañar la tragedia o la amargura, Chagall impregna su obra de una dulce añoranza, centrándose en los momentos felices de los años pasados, aceptando aparentemente el paso del amor, la vida y la muerte, y llevándolo poéticamente al lienzo. Para ello, Chagall llena su obra de iconografía. La luna, que simboliza la inmortalidad, arroja una luz surrealista y romántica sobre estas citas nocturnas. Las flores, siempre románticas, son la tarjeta de visita tradicional de cualquier amante. Su naturaleza efímera, dispuesta por la mano del hombre mientras florece antes de marchitarse, se convierte en eterna en la pintura, sugiriendo que las experiencias de belleza y felicidad, aunque sean efímeras, siempre merecen la pena. Incluso su disposición es significativa. Chagall se casó con su segunda esposa, Valentina Brodsky, o "Vava", en 1950, y a través de ella encontró una felicidad renovada y un respiro a su dolor por Bella. Los amplios ramos de flores, perennemente vibrantes y desbordantes, representan sus sentimientos por las dos grandes mujeres de su vida, y su sencillo mensaje es: hay amor suficiente para todos. La abundancia de amor de Chagall impide que uno eclipse a otro, aunque ame a Bella en sus recuerdos, es capaz de amar a Vava en el presente. De hecho, aunque Bella aparezca tan a menudo en su obra, viviendo eternamente en sus cuadros, es porque se ha ido, no necesariamente porque haya sido más amada. Vava sigue siendo ph