Null CICLO DE LOS TRABAJOS DE HÉRCULO El León de Nemea; el Jabalí de Erymanthe
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Descripción

CICLO DE LOS TRABAJOS DE HÉRCULO El León de Nemea; el Jabalí de Erymanthe Flandes (¿Bruselas?), mediados del siglo XVI Lana En su estado antiguo 353 x 289 cm PROCEDENCIA Antigua colección de un castillo de Burdeos Adquirido de lo anterior, colección privada, suroeste de Francia Nuestro gran tapiz presenta una rara composición narrativa sobre el tema de los Trabajos de Hércules, dentro de una orla adornada con deidades en las cuatro esquinas y en el centro de cada lado. Los colores siguen siendo frescos, los rojos se han mantenido vivos. En los márgenes laterales, los putti canéforos completan la decoración, mientras que los márgenes superior e inferior muestran jardines poblados por sátiros. En primer plano, se ve al joven héroe armado con su garrote, luchando contra el León de Nemea, en un paisaje verde. A sus pies, el curioso detalle de un cordero tumbado sobre una lanza llama la atención sobre otra escena del fondo. En medio de un rebaño de ovejas, Hércules, con una lanza, detiene al monstruoso jabalí de Erymantheus. A petición de su primo Euristeo, Hércules realizó doce hazañas, los famosos Doce Trabajos, dos de los cuales se representan aquí. El León es un monstruo criado por Hera que asoló la región de Nemea, devorando a los habitantes y sus rebaños. Hércules salió de cacería contra él. Dejando su arco y sus flechas, lo amenazó con su garrote. Este primer trabajo fue un éxito. Conservó la piel del monstruo, que ni el hierro ni el fuego pudieron romper. El tercer trabajo era capturar vivo a otro monstruo, un jabalí que vivía en el Erymanthe y que estaba matando a la población local. Nuestro artista no ha conservado las condiciones climáticas extremas del episodio en el que Hércules obligó al animal a salir de su cuna y luego lo empujó a través de la profunda nieve que cubría el país y lo llevó a la extenuación. Nuestro tapiz difiere de otros tapices renacentistas, diseñados en torno al mismo tema, en los que el héroe suele ser representado asfixiando al León de Nemea. Un tapiz de Bruselas de 1530 muestra, como aquí, una composición narrativa (fig. 1). Se organiza en torno a todas las etapas de este episodio, mientras que el nuestro sitúa este episodio fundacional en el contexto del ciclo de los Doce Trabajos. La cenefa, entre dos frisos trenzados de follaje y florecillas, debe compararse con creaciones bruselenses de mediados del siglo XVI, como la del taller de Corneille de Ronde, conservada en Madrid, que presenta el mismo tipo de figuras alegóricas colocadas bajo arquitecturas fantasiosas en fondos muy vegetales (fig. 2).

CICLO DE LOS TRABAJOS DE HÉRCULO El León de Nemea; el Jabalí de Erymanthe Flandes (¿Bruselas?), mediados del siglo XVI Lana En su estado antiguo 353 x 289 cm PROCEDENCIA Antigua colección de un castillo de Burdeos Adquirido de lo anterior, colección privada, suroeste de Francia Nuestro gran tapiz presenta una rara composición narrativa sobre el tema de los Trabajos de Hércules, dentro de una orla adornada con deidades en las cuatro esquinas y en el centro de cada lado. Los colores siguen siendo frescos, los rojos se han mantenido vivos. En los márgenes laterales, los putti canéforos completan la decoración, mientras que los márgenes superior e inferior muestran jardines poblados por sátiros. En primer plano, se ve al joven héroe armado con su garrote, luchando contra el León de Nemea, en un paisaje verde. A sus pies, el curioso detalle de un cordero tumbado sobre una lanza llama la atención sobre otra escena del fondo. En medio de un rebaño de ovejas, Hércules, con una lanza, detiene al monstruoso jabalí de Erymantheus. A petición de su primo Euristeo, Hércules realizó doce hazañas, los famosos Doce Trabajos, dos de los cuales se representan aquí. El León es un monstruo criado por Hera que asoló la región de Nemea, devorando a los habitantes y sus rebaños. Hércules salió de cacería contra él. Dejando su arco y sus flechas, lo amenazó con su garrote. Este primer trabajo fue un éxito. Conservó la piel del monstruo, que ni el hierro ni el fuego pudieron romper. El tercer trabajo era capturar vivo a otro monstruo, un jabalí que vivía en el Erymanthe y que estaba matando a la población local. Nuestro artista no ha conservado las condiciones climáticas extremas del episodio en el que Hércules obligó al animal a salir de su cuna y luego lo empujó a través de la profunda nieve que cubría el país y lo llevó a la extenuación. Nuestro tapiz difiere de otros tapices renacentistas, diseñados en torno al mismo tema, en los que el héroe suele ser representado asfixiando al León de Nemea. Un tapiz de Bruselas de 1530 muestra, como aquí, una composición narrativa (fig. 1). Se organiza en torno a todas las etapas de este episodio, mientras que el nuestro sitúa este episodio fundacional en el contexto del ciclo de los Doce Trabajos. La cenefa, entre dos frisos trenzados de follaje y florecillas, debe compararse con creaciones bruselenses de mediados del siglo XVI, como la del taller de Corneille de Ronde, conservada en Madrid, que presenta el mismo tipo de figuras alegóricas colocadas bajo arquitecturas fantasiosas en fondos muy vegetales (fig. 2).

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