Willi Ruge Willi Ruge



Autofoto en el momento de saltar (de la serie: Me fotog…
Descripción

Willi Ruge

Willi Ruge Autofoto en el momento de saltar (de la serie: Me fotografío saltando con un paracaídas) 1931 Vintage, impresión en plata gelatina de alto brillo. 14,2 x 20,4 cm (17,8 × 24,3 cm). Etiqueta de papel en el reverso con detalles mecanografiados del motivo y aviso de derechos de autor de "Fotoaktuell GmbH, Berlín", sello del "Archivo Caras y Caretas", el sello "Col. Fotografica", inscrito "AVIACION EXTR..." en tinta por otra mano, inscrito "ojo" e "Invertir" en lápiz por otra mano, y diversamente numerado en lápiz y crayón por otras manos. - Con las huellas habituales de uso para las pruebas de imprenta. Procedencia Colección privada, Francia Literatura Ute Eskildsen/Felix Hoffmann (eds.), Willi Ruge. Fotografien 1919 - 1953, Ausst.kat. C/O Berlín, Göttingen 2017, p. 70 con ilustraciones; Sarah Hermanson Meister (ed.), Masterworks of Modern Photography 1900 - 1940. The Thomas Walther Collection of Photography at the Museum of Modern Art, Nueva York, Ausst.kat. Museo d'arte della Svizzera italiana, Lugano u.a., Milán u.a. 2021, p. 200 con ill. "Una cara magullada y una espinilla magullada, pero... unos buenos golpes. En su conjunto: Más suerte que sentido común..." (Nota 1), así comentaba Willi Ruge (1892 - 1961) las imágenes de su espectacular reportaje fotográfico "Ich fotografiere mich beim Absturz mit dem Fallschirm". Publicado por primera vez en el Berliner Illustrierte Zeitung en mayo de 1931 con un texto escrito por el propio Ruge, se convertiría en el reportaje con el que el fotógrafo celebró su mayor éxito internacional: a la publicación en The Illustrated London News (junio de 1931) le siguió, unas semanas más tarde, la publicación en la revista neoyorquina Time, así como en otras dos revistas estadounidenses, y a mediados de la década de 1930 se siguió publicando en el Weekly Illustrated London (cf. Figs. 1-3). La impresión de época que aquí se ofrece procede originalmente de los archivos del semanario argentino "Caras y Caretas" (1898 - 1941), que publicó la serie en septiembre de 1931 bajo el título "Por primera vez, en el mundo, un fotógrafo se lanza con su cámara en un paracaídas". (Nota 2) En el reverso de la impresión hay una etiqueta de papel de "Fotoaktuell", de la que Willi Ruge era propietario y a través de la cual distribuía sus fotografías a nivel internacional. Para Ruge, el tema de este reportaje fotográfico debía ser el ideal. Por un lado, sus dos grandes pasiones se unieron aquí: La de volar -ya de escolar había construido él mismo dos planeadores y obtuvo su licencia de piloto en 1916- y la de su profesión de reportero gráfico. Además, Ruge, que se especializó en fotografía aérea y fue elogiado en un artículo de 1930 como el "fotógrafo de prensa más atrevido" (Nota 3) de la época, pudo vivir plenamente su amor por la aventura, así como su inconfesable afición a la autopromoción. Protagonista de su reportaje, ya no es el fotógrafo que actúa al margen del acontecimiento y lo documenta objetivamente, sino que hace de sí mismo y de sus sentimientos subjetivos el motivo. La maquetación del "Berliner Illustrierte Zeitung" sigue una cuidadosa dirección de imagen que se centra en la tensión y la emotividad: la foto de la esposa mirando ansiosamente al cielo con su hijo en brazos, que había nacido unos meses antes, se yuxtapone a una imagen tomada por un colega de Ruge desde un segundo avión en el momento de su salto; el colofón es una toma que muestra al temerario héroe abrazando a su aliviada novia tras el aterrizaje. Sin embargo, entre las imágenes más impresionantes de la serie se encuentran sin duda las "autofotos", que muestran el rostro del fotógrafo en primer plano, tomadas con una "cámara de cine especialmente construida con disparador automático" (Nota 4). El efecto dramático se ve acentuado por los fuertes contrastes en blanco y negro, y en nuestra toma destaca sobre los edificios suburbanos de Berlín que se ven al fondo. La tensa expresión facial de Ruge con la boca abierta como si fuera a gritar contrasta extrañamente con la firma que luego añadió a la foto: "Durante la caída: 'Casi no tuve la sensación de caer, de velocidad y de peligro'". (Nota 5) La fotografía habla aquí, sin duda, un lenguaje diferente debido a su fuerte dinámica de imagen interna. Hoy puede interpretarse como un símbolo de una época que se caracterizó por la fascinación por el progreso técnico, la velocidad y las sensaciones ópticas. Una impresión de época idéntica a nuestro motivo se muestra actualmente en la aclamada exposición "Obras maestras de la fotografía moderna 1900 - 1940. La colección Thomas Walther en el Museo de Arte Moderno de Nueva York", con paradas en Lugano, Pari

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