LISZT Franz (1811-1886)

L.A.S. "F. Liszt", [mayo de 1834], a Félicité de LAMENNAIS; 3 páginas en 8. Hermosa y exaltada carta sobre Paroles d'un croyant (Palabras de un creyente). "Querido padre, aunque sea casi impúdico, y cuando menos ridículo, hacerle cumplidos admirativos, no puedo resistir la necesidad de decirle un poco, (siempre muy pobremente, muy débilmente, es cierto) ¡cuánto me han transportado sus últimas páginas, me han abrumado, me han desgarrado de dolor y de esperanzas! ¡Dios mío, qué sublime es todo!... ¡Sublime, profético, divino!... ¡Qué genio! ¡Qué caridad! A partir de hoy, es evidente, no sólo para unos pocos amigos selectos, que te han amado y seguido durante mucho tiempo, sino para todo el mundo, es evidente, de la última evidencia, que el cristianismo del siglo XIX, es decir, todo el futuro religioso y político de la Humanidad, está en ti. Su vocación es, en efecto, terriblemente gloriosa"... Le implora que, sea cual sea la angustia y el terror de su corazón, no fracase. En este "desierto populoso, donde el aburrimiento y la aflicción le consumen", el recuerdo de Lamennais vuelve a su corazón como un bálsamo fortificante, como un poderoso consuelo. ¿Sabe que le ama desde lo más profundo de su corazón y que el deseo de dedicarse a él le agita y atormenta? "Es muy joven y muy tonto de mi parte, lo siento, pero como me han dicho, a veces debo perdonarme demasiado"... Le pedirá perdón en La Chesnaie donde llegará, con Sainte-Beuve y Joseph d'Ortigue, hacia finales de julio... Y termina: "Adiós, querido padre. Que la paz y la bendición de Cristo abunden en ti.