Null Cetro yoruba

Nigeria

Madera

H. 28,5 cm



Cetro de Shango oshe que repre…
Descripción

Cetro yoruba Nigeria Madera H. 28,5 cm Cetro de Shango oshe que representa una figura femenina arrodillada, con las manos en el pecho y la cabeza coronada por el símbolo de la doble hacha del dios Shango. Hermosa pátina ritual crujiente.

401 
Online

Cetro yoruba Nigeria Madera H. 28,5 cm Cetro de Shango oshe que representa una figura femenina arrodillada, con las manos en el pecho y la cabeza coronada por el símbolo de la doble hacha del dios Shango. Hermosa pátina ritual crujiente.

Las pujas estan cerradas para este lote. Ver los resultados

Podría interesarle

Oshe Shango Yoruba Nigeria Madera, pigmentos Finales del siglo XIX - principios del siglo X Altura: 33 cm Zócalo Eugène Betra Origen: Colección privada, Bélgica Colección privada, Bélgica Colección particular, Francia Olivier Larroque, Nîmes Colección Richard Vinatier, Aviñón (inv. n°149) Bibliografía Objeto publicado en Danse avec Shango, dieu du thonnerre, Richer Xavier, Joubert Hélène, Somogy, París, 2018, p.78 y 79. Shango, dios del rayo y del trueno, destaca entre las numerosas deidades orishas del panteón yoruba por su notable poder. Entidad proteica, que adopta identidades de hombre, rey o espíritu de la naturaleza, encarna una de las muchas formas espirituales desplegadas para irradiar la grandeza y el poder de Olodumare, el dios supremo de la mitología yoruba. Junto a Ogun, dios del hierro, la guerra y la caza, Shango representa la "ira" de Olodumare. La leyenda del culto cuenta que Shango, un general militar, se convirtió en el cuarto rey del imperio yoruba de Oyo. Fascinado por la magia, creó un rayo, pero accidentalmente causó daños considerables, incluida la muerte de sus propios hijos y esposas. Al final de sus días, aparecieron terroríficas tormentas de truenos, interpretadas como la ira de este rey caído que fue entonces deificado como orisha. Entre los atributos conferidos a Shango, los cetros de Oshe expresan, en palabras de Hélène Joubert, "el poder creativo de los escultores inspirados por la inagotable vitalidad de Shango". (Danza con Shango, Dios del Trueno, 2018). Muestran una iconografía dual, vinculada a la figura del orante y a la de la divinidad. La figura femenina se muestra arrodillada sobre una base circular, sosteniendo un sonajero en forma de calabaza en la mano izquierda y un cuenco de ofrendas en la derecha. El rostro está dominado por grandes ojos con párpados finamente incisos y una boca de labios gruesos. El tocado en forma de cúpula está rematado por el emblema estilizado de doble hacha adu ara, atribuido a Shango. El efecto general se ve realzado por los magníficos tonos azules del tocado y el hacha, y por los toques de osun, una mezcla de polvo de madera de camello, laterita (tierra roja) y manteca de karité. El uso ritual queda atestiguado por la hermosa y antigua pátina de laca teñida de miel, así como por las numerosas huellas de desgaste. La vida cotidiana de los yoruba se configura e interpreta a través del poder de los orishas, y cada deidad se celebra durante varias semanas. Estos palos, parte de los accesorios rituales durante las danzas y cantos en honor de Shango, se blandían por encima de la cabeza para provocar su clemencia. Nuestro objeto destaca por la conmovedora emoción de sus curvas, cuya pátina brillante y restos de yeso subrayan su importancia ritual. En contraste con el poder y la imprevisibilidad de la deidad Shango, la impresión de refinamiento y suavidad que transmite el modelado refleja perfectamente el cuidado dado a estas esculturas individuales, acompañando "la experiencia de un encuentro directo con el dios del trueno". (Richer Xavier, Joubert Hélène, Danse avec Shango, Dieu du tonnerre, 2018)