Abdul qâdir AL RASSAM (Irak, 1882 - 1952)

Paseo por el río Tigris Óleo sobre lienzo montado en panel 45 x 62 cm firmado y fechado en árabe "Abdul qâdir 1901" abajo a la izquierda titulado en árabe "Nuzhat ealaa nahr Dijla" en la parte inferior derecha pintado en 1901. Colección privada París Venta "Visiones de Oriente, del orientalismo al arte contemporáneo", 4 de noviembre de 2011, Christie's, París. Abdul-qâdir Al-Rassam En esta pintura del Tigris, de Abdul-qâdir al-Rassam, se representan medios de navegación muy antiguos, "Goufa y/o Kouffa". El barco más antiguo de este tipo se remonta a la época sumeria. Los habitantes de las zonas pantanosas del estuario del Tigris y el Éufrates todavía lo utilizan. Cuando Irak parecía haber recuperado su identidad nacional tras la separación del Imperio Otomano, muchos iraquíes que habían emigrado volvieron al país para ayudar a construir su futuro. Algunos de ellos eran antiguos soldados y oficiales del ejército otomano, y algunos de estos oficiales habían sido seducidos por las pinturas y dibujos de los palacios turcos, así como por los pintorescos paisajes de montaña, mar y campo. Abdul-qâdir Al-Rassam formó parte de la primera generación de pintores iraquíes modernos. Está en el corazón de un grupo de artistas formados en Estambul que, al volver a su tierra, trajeron en su equipaje sus óleos, sus experiencias como pintores, el recuerdo de lo que habían visto y sentido frente a la naturaleza, así como la memoria de los campos y la vida militar. A este grupo de artistas se les atribuye la introducción de la pintura de caballete en Irak a principios de siglo. Trabajando en un estilo realista, al-Rassam es conocido por sus grandes paisajes, sus inmaculados retratos y sus fieles representaciones de la vida cotidiana en Irak. Es uno de los pintores más destacados y prolíficos de la historia del arte moderno iraquí y su obra ha influido mucho en las generaciones posteriores. Utilizando el mismo estilo académico que sus primeros colegas, al-Rassam pintó con un realismo franco, captando vistas del campo iraquí. La claridad de las pinturas al óleo es aprovechada al máximo por el artista, que es conocido por su dominio de la perspectiva y el detalle. A menudo pintaba vistas panorámicas de lugares históricos a lo largo del río Tigris. Las ruinas de Ctesifón o la Gran Mezquita de Samarra fueron representaciones especialmente emblemáticas en la obra de al-Rassam. El Tigris que atraviesa Irak fue el tema principal de muchos de sus cuadros. El río y las actividades que lo rodean, que serpentean y retroceden gracias a un experto uso de la perspectiva, componen un paisaje vasto pero sereno. Una colección de obras de al-Rassam se encontraba en el Museo de los Pioneros de Bagdad y en el Museo Iraquí de Arte Moderno hasta que la colección del museo fue destruida y saqueada en 2003. También creó un mural que adorna la entrada del Cine Real de Bagdad, que fue la primera obra de arte a gran escala que se expuso en un edificio público. Más tarde, viajó a Italia, Francia, Alemania e Inglaterra para ampliar sus conocimientos artísticos.