DESPREZ DE BOISSY, Charles Cartas sobre los espectáculos; con una historia de la…
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DESPREZ DE BOISSY, Charles

Cartas sobre los espectáculos; con una historia de las obras a favor y en contra de los teatros. Séptima edición. París, veuve Desaint, Nyon aîné, B. Morin, Sorin, 1780. 2 volúmenes in-12 (164 x 98 mm) de 1 f.n.ch. XCVIII pp. 1 f.n.ch., 610 pp. para el volumen I; X, 616 pp. para el volumen II. Calf jaspeado, lomo decorado, bordes manchados (encuadernación de época). Abogado en el parlamento de París y académico, Desprez de Boissy hace aquí una crítica racional y argumentada no sólo contra el teatro y los espectáculos, sino sobre todo contra la frecuentación y los placeres que se van a buscar allí. Buen ejemplar.

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DESPREZ DE BOISSY, Charles

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JEAN TINGUELY (Suiza, 1925 -1991) Sin título, 1987. Técnica mixta y collage sobre papel. Firmado y fechado en el margen inferior. Dedicado a Madame Theler. Tamaño: 41,5 x 29,5 cm; 53,5 x 40,5 cm (marco). A partir de 1973, Jean Tinguely realizó una serie de cartas/collages dirigidos a grandes personalidades de la vida artística de nuestro siglo. Entre los destinatarios de sus cartas se encontraban el director de orquesta Paul Sacher y su esposa Maja Sacher, mecenas del arte contemporáneo. La carta-collage que aquí se presenta está dirigida a Madame Theler, miembro de una de las familias suizas más poderosas de la historia reciente del país, y revela el carácter vanguardista que determinó la producción de Tinguely, estrechamente vinculada al arte cinético y al ready-made. Al igual que hizo con sus famosas esculturas-máquina, la obra de Tinguely satiriza la sobreproducción sin sentido de bienes materiales por parte de la sociedad industrial avanzada. El pintor y escultor suizo fue, durante más de 30 años, una figura clave del movimiento vanguardista europeo. Era conocido por sus "máquinas escultóricas" o arte cinético, enraizado en la tradición dadaísta. Aplicó el término metamecánica a sus creaciones. Como en el resto de sus obras cinéticas, su propósito era ofrecer al espectador un espectáculo de desplazamiento, o al menos la ilusión de ello. Las obras móviles de Jean Tinguely se creaban para destruirse o autodestruirse, todo ello en un esfuerzo por satirizar la sobreproducción de bienes sin sentido fabricados por la sociedad industrial avanzada. Tras dedicarse a la pintura abstracta, el artista suizo experimentó con el movimiento como forma de expresión. Sus primeras obras, expuestas en París, se movían con motores eléctricos. Estas piezas monumentales representaban un universo irónico de máquinas inútiles que, al parecer, producían. "El concepto es mostrar que una obra de arte nunca es un objeto definitivo, sino que sus capacidades creativas son, en verdad, el potencial que le otorgan tanto el artista como los espectadores". También trabajó con obras prefabricadas, acercándose a los Nuevos Realistas neoyorquinos y a los artistas del assemblage. Su producción, que tocaba todos los temas que interesaban a los artistas de su generación, le valió un lugar importante en el París de la posguerra, una figura de la talla de Yves Klein. Jean Tinguely está representado actualmente en los museos más importantes de todo el mundo, como el Museo Tinguely de Basilea (Suiza), dedicado a la vida y obra del pintor, la Tate Modern de Londres, el Metropolitan Museum of Art de Nueva York y el Museo Reina Sofía.