LA COLECCIÓN PRIVADA DE UNA DAMA CONTINENTAL (lotes 83-93) UN RARO BROCHE DE MARIPOSA DE DIAMANTES Y ESMERALDAS DE FINALES DEL SIGLO XIX La mariposa estilizada, engastada en pavé en todo su contorno con diamantes de talla brillante y rosa antigua, montada en plata y oro, diamantes aproximadamente 9,00cts en total, con cadena de seguridad de oro, longitud 2,9cm, anchura 5,4cm Un broche muy similar se vendió en Bonham's Londres en septiembre de 2018 (lote 7) por 20.000 libras El reino animal ha sido durante mucho tiempo una fuente de inspiración para los joyeros. Elegidos por su simbolismo, su personalidad o simplemente su belleza, toda una colección de criaturas ha sido representada en piedras preciosas y metales preciosos a lo largo de los años. La mariposa es un espécimen que ha seguido siendo un tema especialmente atractivo para los artesanos. Desde el punto de vista estético, la complejidad de la forma de la mariposa, desde el contorno serpenteante de su cuerpo hasta la gran variedad de colores que se encuentran en sus delicadas alas, ofrece al joyero un reino de posibilidades, permitiéndole mostrar su habilidad técnica. La imagen de un broche, un alfiler o un colgante de mariposa posado en una solapa o en un escote no sólo transmite la maestría en el maridaje entre la metalurgia y las piedras preciosas, sino que evoca un significado más profundo. Símbolo universal de la gracia y la belleza efímera, la mariposa tiene fuertes connotaciones con el alma humana que se remontan a los antiguos griegos. Psique, la diosa griega del alma, era representada como una bella mortal con alas de mariposa. Sus alas policromadas representaban la vitalidad de la naturaleza y simbolizaban el alma humana como elemento que conectaba nuestro mundo transitorio con otro más místico. La delicadeza de las alas de la mariposa nos recuerda la fragilidad de la vida, mientras que el conjunto de colores fluorescentes es testigo de la exuberante abundancia de la naturaleza. La mariposa es el atributo animal de las almas enamoradas. Durante el Primer Imperio Francés, cuando el neoclasicismo estaba de moda, la imagen de la mariposa como símbolo del amor se hizo muy popular. Durante la Restauración borbónica se la podía encontrar en colgantes, a veces posada sobre un relicario en forma de corazón que contenía un retrato de la amada o un mechón de su cabello, de nuevo una referencia a los antiguos griegos que asociaban este bello ejemplar como atributo animal de Venus y Cupido. La primera esposa de Napoleón I, la emperatriz Josefina Bonaparte, eligió la mariposa como emblema de su gobierno, un tema que se esforzaba por representarla como una gobernante cariñosa y benévola, recurriendo a la mariposa como símbolo de estos rasgos. En el siglo XIX, la popularidad de los motivos de mariposas en la joyería alcanzó nuevas cotas, ya que el aumento de los viajes fuera de Europa trajo consigo influencias de otros lugares. El auge de los broches y pasadores de mariposa se debe a la popularización del arte japonés y coincide con el advenimiento del naturalismo provocado por la exploración científica y etnográfica. Los etnógrafos y entomólogos occidentales que estudiaban más allá, traían a casa bocetos y estudios detallados de criaturas "nunca vistas" que residían fuera de Europa. Inspirándose en los grabados japoneses o en los dibujos científicos de un entomólogo, a finales del siglo XIX los movimientos de joyería Arts and Crafts y Art Nouveau retomaron esta intensa preocupación por representar el mundo natural de forma estilizada, haciendo hincapié en la flora y la fauna. Remontándose a la representación de la diosa griega Psique, los joyeros de esta época suelen fusionar insectos y figuras femeninas, representando formas metamórficas hipnóticas, como la mujer mariposa de la Maison Vever, cuyas alas diáfanas "plique-à-jour" no tenían soporte metálico, lo que permitía que la luz brillara a través del colgante o broche. Muchos broches de mariposa similares estaban montados sobre resortes en espiral, de modo que incluso los movimientos más suaves producían un efecto de aleteo, conocido como en tremblant. Esta ingeniosa técnica mostraba el centelleo de las gemas al ser atrapadas por la luz, reforzando el realismo de la naturaleza mostrado en una joya hecha por el hombre. El simbolismo de la mariposa sigue vivo en el mundo de la joyería, donde, en términos de popularidad, los motivos animales sólo son superados por las plantas y las flores. Las casas de joyería siguen empleando el reino animal en sus diseños, lo que demuestra una fascinación duradera por el mundo animal y un reconocimiento persistente de los rasgos que asociamos con estas criaturas. Para el comprador del siglo XXI, la pantera es sinónimo de Cartier, la mención de Bulgari evoca la imagen de la serpiente y las alas de mariposa trabajadas de Van Cleef & Arpels son instantáneamente reconocibles. Desde el momento de su popularidad inicial en el mundo de la joyería, el contorno de las alas de la mariposa y los delicados movimientos de su forma han permitido el despliegue de intrincados y detallados m