*Vase portrait de dignitaire 
El rostro está coronado por un tocado que represen…
Descripción

*Vase portrait de dignitaire

El rostro está coronado por un tocado que representa un halcón bicéfalo. Las alas en relieve están plegadas y decoradas con cuadrados rojos y crema. Entre las dos cabezas de halcón, la base del tocado está decorada con tres chevrones incrustados. La parte posterior del tocado está decorada con rayas rojas y una solapa cae en el cuello del dignatario. Los ojos almendrados tienen las pupilas pintadas. Las fosas nasales de la nariz aguileña se perforan y el pliegue de los lobulillos se indica con una incisión. Los finos labios están fruncidos. Este dignatario está adornado con tambas, adornos circulares para las orejas, cuya superficie está decorada con un dibujo que representa un halcón y una zarigüeya respectivamente. Estos animales son atributos de poder y afirman el importante lugar de este dignatario en la jerarquía social. También tiene pintura facial y corporal negra pintada en los ojos, la nariz, las comisuras de la boca y alrededor del cuello. Las comisuras de la boca están decoradas con un círculo rodeado de puntos que evocan el sol, mientras que en las fosas nasales, un motivo de mazorca simboliza la germinación y la abundancia. Terracota marrón, con engobe beige claro y decoraciones policromadas en rojo, naranja y negro Mochica, Perú, 450 - 750 d.C. 25,4 x 22 x 16,4 cm Procedencia : - Antigua colección Galería Emmerich, NY, antes de 1972 - Galería Mermoz, 2003 Nacida en la costa norte de Perú, la cultura "Moche" o Mochica se desarrolló en la región costera más importante, en los valles de los oasis, entre los años 100 y 800 d.C. Organizados en cacicazgos, los mochicas construyeron grandes complejos arquitectónicos con sofisticadas redes de riego que les permitían alimentar a toda su población sin dificultad, a pesar de la sequía que reinaba en su territorio. La reputación de los artistas se basa en su dominio de la metalurgia asociada al trabajo de la piedra (incrustaciones), así como en la calidad de su cerámica. Las representaciones, esencialmente bélicas y religiosas, reflejan la efervescencia de las culturas regionales en las que las jefaturas se observan, influyen y se oponen continuamente. La terracota mochica se reconoce por su arcilla beige, a veces ocre, y su superficie pulida. Las piezas se moldean a partir de uno (o varios) moldes hechos a mano, lo que permite hacer varias copias. Las cerámicas de cuerpo globular con cuello en forma de estribo son las más comunes. Su iconografía ilustra una gran variedad de motivos, como escenas mitológicas, sacrificios de prisioneros, animales, plantas, arquitectura... El tipo de retrato-vaso, poco representado en las producciones artísticas de otras culturas precolombinas, es característico del arte mochica. Los rostros de estos personajes son muy expresivos y están representados de forma naturalista. Entre las obras más elaboradas, de las que la nuestra es una, podemos mencionar un jarrón-retrato similar con un tocado de pájaro, conservado en el Museo Larco de Perú. Buen estado *Este lote se presenta como una importación temporal

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*Vase portrait de dignitaire

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