*Urne cultuelle
que representa a un señor sentado con las piernas cruzadas. Toda la escultura está modelada con delicadeza y precisión. La figura está sentada con las piernas cruzadas y un taparrabos le cubre las piernas. Las manos, cuyos largos dedos están cuidadosamente tratados, descansan planas sobre las rodillas. Un collar tubular, del que cuelga una gran placa pectoral, descansa sobre los hombros. Los ojos están grabados en forma de almendra y las pupilas están ahuecadas. Las orejas están adornadas con grandes lazos circulares de los que cuelgan colgantes geométricos. La cabeza está rematada con un elaborado tocado.
La civilización zapoteca se desarrolló ya en el 500 a.C. en el valle de Oaxaca, en el sur de México, pero su época dorada fue entre el 200 y el 700 d.C. El centro neurálgico de esta cultura se encuentra en la capital, Monte Albán, que concentra los poderes político, económico y religioso. Desde el punto de vista artístico, la cultura zapoteca es conocida por su arquitectura, pero también por su producción de cerámica funeraria. Entre estos últimos, encontramos numerosas vasijas-efigies como urnas, que representan a personajes ricamente adornados, a menudo con atributos de dioses, en particular Huehueteotl, dios del fuego, Murciélago, dios murciélago que reina sobre los muertos, Xipe Totec, dios de la primavera y de la nueva vegetación, o -como aquí- Cocijo, dios de la lluvia.
Buen estado de conservación
Terracota marrón con restos de policromía
Zapoteca - México, 450 - 750 d.C.
19 x 15,5 x 10,9 cm
Esta urna funeraria es un magnífico ejemplo de la cerámica zapoteca. El artista ha demostrado un gran realismo y precisión en la ejecución de su obra, que además nos fascina por su gran fuerza expresiva y su rica iconografía.
Procedencia: Antigua colección de Charles Lenars, 1960.
Se entregará al comprador una prueba de termoluminiscencia del laboratorio QED.
Lote presentado en Importación Temporal
