*Vase cylindrique 
La composición de la escena es singular y fuera de lo común: …
Descripción

*Vase cylindrique

La composición de la escena es singular y fuera de lo común: la superficie del jarrón está cubierta por un diseño de red tejida de color negro, delimitando así diez zonas distintas. Nueve de estas zonas están pintadas en color crema y decoradas en el centro con un motivo consistente en un punto negro bordeado por un anillo rojo, mientras que la décima zona representa una figura vista de perfil. Se trata de Kinich Ahau, el Dios del Sol, reconocible por una serie de atributos característicos como la protuberancia en la comisura de la boca, su nariz aguileña, su ojo cuadrado y su moño atado. Está sentado detrás de la red, con la cabeza emergiendo de las corbatas tejidas. Su brazo izquierdo está doblado y descansa sobre sus piernas a la altura del estómago. Su mano cerrada está tratada de forma realista. Va vestido con un taparrabos decorado con una espiga y adornado con un largo pectoral tubular y un pendiente circular con colgante. En la parte superior del vaso, el borde está decorado con una hilera de glifos estándar puramente decorativos, bordeados a su vez por dos amplias bandas rojas. La base del jarrón está decorada con una cenefa compuesta por una serie de triángulos sucesivamente invertidos y coloreados alternativamente con rayas rojas y negras. Terracota beige con decoración policromada en rojo, naranja y negro Maya - México, 450 - 750 d.C. 24 x 9,8 cm Este vaso es especialmente interesante por su estilo clásico, ya que muestra los rasgos típicos del periodo maya tardío con su forma cilíndrica y esbelta, la pintura figurativa y la cenefa de glifos decorativos, así como la representación de la figura de perfil, que muestra su aspecto más favorecedor, y sus colores vivos como el rojo anaranjado, el crema, el amarillo y el negro. Además, este jarrón también se distingue por su singular composición e iconografía que puede asociarse al tema del Inframundo. Es un espléndido ejemplo de cerámica policromada y atestigua la maestría técnica de los artistas mayas. Procedencia : - Antigua colección de Yvon Collet desde 1968 - Galería Mermoz, 2003 Lote presentado en Importación Temporal Roto y pegado

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RICARD CLAUSELLS (Reus, 1864 - Sant Feliu de Llobregat, 1939). Según PAOLO VERONESE (1528-1588). "La disputa de los doctores en el templo", 1900. Óleo sobre lienzo. Firmado y fechado en el ángulo inferior izquierdo. Medidas: 135 x 230 cm; 170 x 267 cm (marco). Ricard Clausells reproduce con singular acierto técnico y compositivo el cuadro homónimo de Veronés conservado en el Museo del Prado. La monumentalidad clásica de las figuras, su perfecta integración en el marco arquitectónico, las acertadas gamas cromáticas que realzan los volúmenes y la dramaturgia gestual, son características que Clausells aprendió de Veronés y logra transmitir. En la escena, la anécdota del último pasaje de la infancia de Cristo (Lucas 2, 41-50), cuando a los doce años fue llevado por sus padres a Jerusalén para celebrar la Pascua. María y José perdieron al niño, que fue encontrado más tarde en el Templo discutiendo con los doctores. La superioridad teológica de Cristo se acentúa por su colocación en lo alto del eje de la composición. Con sus manos hace un gesto, el llamado cómputo digital, de enumeración de los argumentos expuestos ante los ojos de los doctores. Del auditorio sobresale un anciano barbudo, que probablemente sea el cliente. Viste el hábito de caballero del Santo Sepulcro y sostiene un bastón de peregrino, lo que sugiere que pudo haber encargado el cuadro para conmemorar una peregrinación a Tierra Santa. Ricard Clausells inició su formación en 1878 estudiando en la Escuela de Bellas Artes de Barcelona y posteriormente en la Escuela Llotja. En 1893 dio clases de pintura en su casa y en 1897 editó el segundo número de Reus Tranquilo, ya que tenía amigos en esa ciudad. Entre 1900 y 1913 colaboró en el Semanario Católico de Reus, especialmente con poemas que enviaba desde Vilafranca, tanto en catalán como en castellano. Su obra pictórica está vinculada a Vilafranca del Penedès, ya que vivió allí durante muchos años. El Ayuntamiento le encargó cuadros de los hijos ilustres de la ciudad, y en 1901 se inauguró la Galería de Vilafranquinos Ilustres. En 1910 se fue a vivir permanentemente a Sant Feliu con su madre. En esta ciudad pintó varios cuadros religiosos para iglesias de Sant Feliu y Vilafranca. A partir de 1915 decoró el techo del Salón de Sesiones del Ayuntamiento de Vilafranca. A la muerte de su madre, en 1917, impartió clases de dibujo y pintura en el Asilo Durán, un reformatorio de Sant Feliu. En 1923 se casó en Barcelona con Josefina Sanromà, de Reus. No dejó de hacer exposiciones, tanto en Vilafranca y Sant Feliu como en Barcelona.