*Personnage assis

las piernas dobladas, la cabeza girada ligeramente hacia la izquierda. Los pies están modelados superficialmente, los dedos evocados por surcos, y los muslos son anchos. Está desnudo, con su sexo visible, su vientre ligeramente graso con un ombligo ahuecado. El cofre está marcado. Los poderosos hombros se prolongan con dos largos brazos, el izquierdo de los cuales está adornado con un brazalete. La mano izquierda se apoya en la rodilla, mientras que la derecha oculta la boca. El hombre lleva un collar de pastillaje con un imponente colgante central. La cabeza alargada es expresiva. La boca es sólo ligeramente visible, pero se pueden ver los finos labios y los dientes grabados. La nariz es larga y aguileña. Los ojos son pequeños y con forma de grano de café. En los laterales, las grandes orejas soportan cada una tres lazos ornamentales. El cráneo ha sido deformado ritualmente hacia arriba y está rodeado por una pequeña diadema que se prolonga en un cuerno chamánico retorcido. Arcilla hueca de color beige con engobe de color beige y rojo anaranjado con trazas significativas de óxido de manganeso Jalisco, México, 100 a.C. - 250 d.C. 55 x 35 x 30 cm Procedencia : - Antigua colección de Yvon Collet desde 1968 - Antigua colección Galerie Mermoz desde 2001 - Antigua colección del Barón de Rotschild desde 2003 La cultura jalisciense se desarrolló en el occidente de México, en la región correspondiente al actual estado del mismo nombre, entre los años 200 a.C. y 300 d.C. Pertenece al grupo cultural conocido como "Costa de Occidente" al que también pertenecen las culturas de Colima y Nayarit. Desde el punto de vista artístico, la cultura jalisciense produjo principalmente cerámica cultual que representa figuras en actitud serena pero expresiva, ilustrando escenas sagradas o cotidianas, captadas en el momento y caracterizadas por una bella espontaneidad. Como todas las piezas jaliscienses, ésta probablemente formaba parte de una ofrenda a un alto dignatario. Su calidad de ejecución y su intensa expresión la convierten en un muy buen ejemplo de la terracota jalisciense. Buen estado de conservación