Null Gran Guerrero de Colima

Al estilo de la cultura de Colima en México

H. 50…
Descripción

Gran Guerrero de Colima Al estilo de la cultura de Colima en México H. 50 cm L. 27 cm - Espesor 15 cm Roto - pegado Sólido

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Gran Guerrero de Colima Al estilo de la cultura de Colima en México H. 50 cm L. 27 cm - Espesor 15 cm Roto - pegado Sólido

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Clásica estatuilla antropomorfa y zoomorfa que representa a un hombre y un anfibio. Esta estatuilla, un clásico del arte colimense y un ejemplo muy fino de su tipo, representa una figura masculina sentada, con los brazos y las manos apoyados pesadamente en las rodillas y una expresión facial alucinada. Cuando está acostado, representa clara e inequívocamente a un batracio, una rana. Aquí se aborda el tema de la transformación de un individuo en las antiguas culturas conocidas como chamánicas, un tema que a menudo se fantasea en exceso. La toma de hongos (bien conocidos y a menudo representados en las artes de Colima) o de otras drogas psicotrópicas alucinógenas, evidentemente sagradas y ciertamente supervisadas religiosamente en estos periodos antiguos, devuelve al paciente o al simple degustador a su naturaleza más profunda. Los elementos activos, como la psilocibina, despiertan las conexiones ancestrales que hacen de los humanos seres de pleno derecho de la naturaleza. Por lo tanto, se trata más de una cuestión de naturaleza que reina en nosotros y de la noción de un "gran todo" al que todos pertenecemos, que de una supuesta transformación chamánica en el sentido estricto de la palabra. Tomar una droga psicotrópica era a menudo terapéutico y supervisado por un chamán en las culturas indias prehispánicas, lo que permitía a una persona psicológicamente enferma volver a conectar con su entorno social, ofreciéndole un verdadero renacimiento, por lo que sí que podía producirse una transformación. Las bufotoxinas contenidas en el moco de ciertos sapos y la psilocibina permiten acceder a recuerdos profundos, por lo que no es de extrañar que se eligiera el batracio como tema para evocar nuestros orígenes. Colima, 100 a.C. a 250 d.C., México Piedra verde con motas blancas, pequeña erosión antigua en el pie derecho, oxidación antigua muy fina y pátina pulida antigua muy fina. H. 7,8 cm Ver otros ejemplos muy finos p. 164 y 166 en: Chefs-d'œuvre Inédits Art Précolombien Mexique Guatemala, G. Berjonneau y J.L. Sonnery, Ed. Art 135 1985. Procedencia : Colección Jean Roudillon antes de 1970