PIOLA PELLEGRO (1617-1640)

PIOLA PELLEGRO (1617-1640) Virgen con el Niño (La Virgen Inmaculada con el Salvador Mundi) Óleo sobre lienzo, 160x120 cm Una Virgen escultural es monumental por la forma en que mira al espectador, con una vista ligeramente ascendente. Sin embargo, ella sonríe, y también lo hace el pequeño Jesús, suavizando la imagen que adquiere así un tono más coloquial, a pesar del impacto inicial de gran austeridad en la composición, tan esencial y rigurosa en la elección de un fondo neutro para que las dos siluetas destaquen con decisión. La Virgen se sienta en un taburete que parece sencillo, como en cualquier casa humilde. Pero ese asiento está colocado sobre un pedestal, en una especie de balaustrada que marca el límite inferior del espacio escénico. Y entre los pies de la Virgen se arrastra la serpiente que alude al mal vencido, pisoteado. Como para recordarnos que la que está ante nosotros, , no es una madre cualquiera, sino la Inmaculada, a la que el Niño entrega una rosa. No sólo porque es la flor más bella, sino porque es un atributo de María, la "rosa mística", según las Letanías. En cuanto a Jesús, sorprendido como por la mirada rapaz del pintor, se vuelve hacia nosotros, y al ofrecer la rosa a su Madre, recibe un pequeño globo con una cruz, su atributo de soberanía como Salvator Mundi. Esta sorprendente mezcla de teatralidad y naturalidad, de clasicismo y realismo, procede de la mente y el pincel de un pintor que murió a los 24 años pero que fue muy elogiado por sus contemporáneos: Pellegro Piola, hermano mayor de Domenico, cuya obra es ciertamente menos conocida y mucho más rara. Raffaele Soprani recuerda "su virtuoso talento", y en su "vita" publicada en 1674 escribe: "tenía la sudioso giovane habilità non ordinaria". Además, nos proporciona una descripción detallada de algunas de sus obras expuestas al público, que aún pueden ser rastreadas y, por tanto, ciertas referencias para la reconstrucción de otras que se le atribuyen. Entre ellas, la obra inédita que aquí se presenta es un hallazgo de calidad y muy coherente con las peculiaridades estilísticas de este pintor. Basta con compararla con la llamada Madonna degli Orefici, antes en la calle del mismo nombre y ahora en la Accademia Ligustica, citada por Soprani (fig. 1), o con la Sagrada Familia con San Juan de la Galería Nacional del Palacio Spinola, añadida más recientemente por la crítica contemporánea a Pellegro (fig. 2). Por último, existe una versión autógrafa casi idéntica a la presente, también en cuanto al formato (fig. 3), que ya ha sido atribuida al pintor por el autor. Anna Orlando 2015