Null ABANICO que representa el Encuentro de Eliezer y Rebeca en el pozo
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Descripción

ABANICO que representa el Encuentro de Eliezer y Rebeca en el pozo Tercer cuarto del siglo XVIII Piel pintada al gouache, marfil parcialmente dorado Alto 15 cm, ancho 29 cm Procedencia Colección privada, París Este abanico montado en marfil presenta hermosas escenas pintadas al gouache sobre el tema del Amor, el Badinaje y el Matrimonio. La cara principal de la hoja está decorada en el lado de la carne. Muestra dos grupos de figuras en un paisaje que representa la historia del encuentro de Eliezer y Rebeca en un pozo cerca de la ciudad de Najor (Gn. 24:15-27). Eliezer y sus camellos se acercan a un pozo donde Rebeca le da de beber. A cambio, le regala adornos, representados aquí por un collar de perlas. Y se casa con ella. El sentido religioso de esta historia bíblica, que en la tradición cristiana prefigura la Anunciación, ha dado paso al motivo de la unión matrimonial, como sugieren la pareja oriental recortada en el marco dorado y la escena galante pintada en el reverso. La Fe, símbolo de la Unión por la representación de las manos unidas, y las flechas de Cupido que decoran los medallones suspendidos a ambos lados del Encuentro en el Pozo llevan en alto el simbolismo amoroso de nuestro abanico y su decoración. Se puede acceder a más información dada por el coleccionista mediante el código QR en el PDF.

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ABANICO que representa el Encuentro de Eliezer y Rebeca en el pozo Tercer cuarto del siglo XVIII Piel pintada al gouache, marfil parcialmente dorado Alto 15 cm, ancho 29 cm Procedencia Colección privada, París Este abanico montado en marfil presenta hermosas escenas pintadas al gouache sobre el tema del Amor, el Badinaje y el Matrimonio. La cara principal de la hoja está decorada en el lado de la carne. Muestra dos grupos de figuras en un paisaje que representa la historia del encuentro de Eliezer y Rebeca en un pozo cerca de la ciudad de Najor (Gn. 24:15-27). Eliezer y sus camellos se acercan a un pozo donde Rebeca le da de beber. A cambio, le regala adornos, representados aquí por un collar de perlas. Y se casa con ella. El sentido religioso de esta historia bíblica, que en la tradición cristiana prefigura la Anunciación, ha dado paso al motivo de la unión matrimonial, como sugieren la pareja oriental recortada en el marco dorado y la escena galante pintada en el reverso. La Fe, símbolo de la Unión por la representación de las manos unidas, y las flechas de Cupido que decoran los medallones suspendidos a ambos lados del Encuentro en el Pozo llevan en alto el simbolismo amoroso de nuestro abanico y su decoración. Se puede acceder a más información dada por el coleccionista mediante el código QR en el PDF.

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Escuela italiana; siglo XVIII. "Rebeca y Eliezer en el pozo". Óleo sobre lienzo. Revestido. Presenta restauraciones en la superficie pictórica. Medidas: 63 x 47 cm; 77 x 61,5 cm (marco). El cuadro narra un episodio del Génesis (24: 18-20), relativo a la elección de esposa para Isaac. Cuando sus días tocaban a su fin, Abraham empezó a pensar en buscar esposa para su hijo. No quería que se casara con una mujer de Canaán, la tierra donde vivían, sino de Ur, donde había nacido. Así que Abraham llamó a uno de sus criados, Eliezer, y le dijo que Dios le ayudaría a encontrar una esposa para Isaac entre los parientes que vivían en su tierra natal de Mesopotamia. El siervo se puso en camino, y cuando llegó a las puertas de la ciudad donde vivía Nacor, hermano de Abraham, dejó descansar sus camellos cerca de un pozo. Allí rezó a Dios: "Yahvé, Dios de mi señor Abraham, sal hoy a mi encuentro y muéstrate bondadoso con mi señor Abraham. Me quedaré junto al pozo de agua mientras las mujeres de la ciudad vienen a buscar agua; la joven a la que yo diga, te ruego que inclines tu cántaro para que yo beba, y ella me diga: 'Bebe tú, y yo daré de beber también a tus camellos', que sea la que tú destinas para tu siervo Isaac." Antes de que termine de hablar, aparece Rebeca, la joven virgen nieta de Nacor, y va a llenar su cántaro de agua. Eliezer le pide un poco de agua de su cántaro, y ella se ofrece también a dar de beber a sus camellos. El criado le ofrece entonces un anillo y dos brazaletes de oro, y le pregunta quién es y si puede pasar la noche en casa de su padre, a lo que ella accede. Eliezer narra toda su historia punto por punto, y la familia acepta que Rebeca vaya a casa de Abraham y se case con Isaac. Presenta restauraciones en la superficie pictórica.