AMAZONAS HERIDAS Italia, siglo XIX Mármol blanco de Carrara Reparación de daños en el arco y los dedos de la mano izquierda H. 115 cm, ancho 43 cm, fondo 31 cm Esta figura femenina vestida al estilo antiguo, con la cabeza inclinada, el brazo levantado por encima de la cabeza enfundando su arco, el carcaj cayendo sobre la cadera izquierda, es una amazona herida. El yelmo en el suelo junto a su pie izquierdo, su escudo y su hacha unidos a un tronco podado a modo de trofeo de armas recuerdan el tema de la amazona derrotada, muy querido por la cultura ateniense del siglo V a.C. Nuestra escultura reproduce la amazona herida del Museo Capitolino (fig. 1). Esta antigua estatua, que se encontró muy dañada en las excavaciones de la Villa d'Este, cerca de Roma, fue ofrecida a Benedicto XIV en 1753. Su restauración fue confiada al escultor romano Bartolomeo Cavaceppi (1715/1716-1799), que restauró su cabeza y su arco. Plinio el Viejo cuenta que la decoración del templo de Artemisa en Éfeso fue objeto de una competición entre Fidias, Policleto, Criselias y Filadón entre el 440 y el 430 a.C. Cada uno de los cuatro escultores helenísticos creó una amazona herida, cuyos originales perdidos se conocen por copias romanas. El nuestro, con su arco y su casco, corresponde al modelo esculpido por Fidias (fig. 2). El antiguo mármol conservado en el Vaticano, procedente de la colección del duque Giuseppe Mattei, fue copiado con frecuencia en el siglo XIX, como puede verse, por ejemplo, en la Amazona Mattei de la Academia de Bellas Artes de Carrara, o en las que adornan el castillo de Vincennes, la Cour Carrée del Louvre, los jardines de Peterhof, etc. Todas ellas están desprovistas de arcos, y sus cabezas, de rasgos ásperos, destacan sobre la sabia cabellera que acompaña al gentil rostro de nuestra Amazona. Y es que Bartolomeo Cavaceppi, en el siglo XVIII, habría preferido las cabezas de Policleto, en las que se inspiró para completar la estatua del Capitolio.