BONIFACIO DE' PITATI detto BONIFACIO VERONESE e BOTTEGA

(Verona, 1487 - Venecia, 1553) Amaltea che nutre Giove Óleo sobre tabla, 30X44 cm Por analogía con la célebre decoración de la cámara nupcial Bogherini realizada en Florencia entre 1515 y 1520 por Pontormo, Andrea del Sarto, Francesco Granacci y Bacchiacca, la tabla que aquí se presenta fue concebida igualmente como un mueble. Fue Giorgione quien inauguró esta tradición decorativa en Venecia (Ridolfi, 1648), documentando cómo el artista fue capaz de sortear los caminos trillados, de dar más juego y libertad a la pintura, de hacer nuevas propuestas incluso en el ámbito ornamental, creando obras que, según Chastel, no pueden ser declaradas indignas del maestro (A. Chastel. Giorgione, Milán 2012, p. 17). La misma atención crítica a esta peculiar producción de Ridolfi se reserva para De' Pitati, comentando: "Con tales formas se abrió camino hacia la inmortalidad Bonifacio, que después de haber dado pruebas de gran virtud con las numerosas cosas que hizo, cambió la belleza de los colores terrestres con los esplendores del Cielo". El propio Vittorio Sgarbi, al publicar sus investigaciones sobre el pintor, reconoció la similitud de muchos de sus paneles con los descritos por Ridolfi: Se han visto pinturas de este artista de recintos de cama, cofres y cosas similares que se usaban en aquellos tiempos para decorar las casas, representando escenas sagradas y profanas de las Musas con sus insignias, los Planetas, Venus con Cupidos, Sátiros, pueblos y otras bondades, de las que se ha obtenido una valiosa consideración, ya que se tienen en gran estima, pues no hay dinero mejor empleado que en las pinturas de hombres excelentes". Hay que destacar, pues, el papel primordial de Bonifacio en el panorama del manierismo veneciano, especialmente su temprana lectura de los textos de Parmigianino, demostrando una sorprendente independencia intelectual, si pensamos en la tenaz hegemonía de Tiziano Vecellio. En consecuencia, podemos decir que incluso Veronese y Tintoretto se midieron con su revisión de los modelos de Tiziano, de los ideados por Palma y Pordenone, sin olvidar los resultados posteriores de Schiavone y Sustris. Sgarbi señala también que estos ciclos componían decoraciones difíciles de imaginar y reconstruir filológicamente, pero que ciertamente creaban un efecto espectacular, demostrando que a principios de los años cuarenta Bonifacio era ya un artista de éxito, que pretendía interceptar el gusto de los coleccionistas cultos, ofreciendo representaciones inéditas de fuentes literarias que eran en su mayoría ajenas a la pintura de gran formato. La obra va acompañada de un dictamen de Ferdinando Arisi. Bibliografía de referencia: V. Sgarbi, Giovanni de Mio, Bonifacio de' Pitati, Lambert Sustris: Indicazioni sul primo manierismo nel Veneto, en Arte Veneta, 1981, XXXV, pp. 52 ; 61 S. Simonetti, Profilo di Bonifacio de' Pitati, en: Saggi e memorie di storia dell'arte, 15, 1986, nº 44, pp. 111 ; 112 ; 263 ; 265