PITTORE DEL XVIII SECOLO
Santa Elena y Constantino en presencia de la Vera Cruz
Óleo sobre lienzo, 48X66 cm
El cuadro representa la cruz en el centro, Santa Elena con sus ropas reales a la izquierda y el emperador Constantino a la derecha, coronado y con un manto púrpura decorado con hilos de oro. Cuenta la leyenda que, tras la batalla de Ponte Milvio y la visión mística que puso fin a la persecución de los cristianos, Constantino decidió enviar a su madre Helena a Jerusalén para buscar la Cruz de la Crucifixión. Elena encontró a una persona que conocía el lugar de enterramiento de la Vera Cruz. Para obligarle a hablar, le hizo bajar a un pozo sin pan ni agua durante siete días. Convenció a la persona reticente a revelar el lugar de enterramiento y Helena pudo encontrar las tres cruces diferentes utilizadas el día de la muerte de Cristo. Para identificar la en la que había muerto Jesús, tocó la madera a un difunto, que luego resucitó. Santa Elena dividió la cruz en varias partes, de las cuales la principal quedó en Jerusalén.