Null Escuela rusa de Mstera, siglo XVIII.


"La Virgen de la Zarza Ardiente".


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Descripción

Escuela rusa de Mstera, siglo XVIII. "La Virgen de la Zarza Ardiente". Témpera, pan de oro sobre tabla. Medidas: 22 x 19 cm. La Virgen de la Zarza Ardiente es uno de los iconos más complejos y simbólicos del tema mariano en la iconografía ortodoxa. Alude al pasaje homónimo del Antiguo Testamento. En el plano simbólico desarrolla diferentes facetas del culto cristiano relacionadas con la aparición de Cristo, basadas en los relatos del Antiguo Testamento. Esta iconografía se conoce desde los tiempos protocristianos, cuando se representaba a la Virgen Orante, o en algunos casos a la Odigidria, encerrada en la Zarza Ardiente, con Moisés arrodillado contemplándola. A mediados del siglo XVI, coincidiendo con el gobierno de Iván el Terrible, el icono de la Virgen de la Zarza Ardiente cambió de aspecto, enriqueciéndose con símbolos y alegorías. En aquella época, la vieja Rusia experimentaba una gran expansión de su territorio hacia Siberia, Astracán y Kazán. Rusia se convirtió en el centro ortodoxo más importante del mundo. La Virgen y la Zarza Ardiente pasó a representarse de medio cuerpo, con el Niño Jesús en brazos, dentro de una estrella bicolor de ocho puntas, compuesta por dos rectángulos, rojo, que simboliza la Zarza Ardiente, y verde, que simboliza el arbusto en crecimiento, o azul, como en el caso del icono subastado, una representación menos común, que alude al cielo. En las esquinas del rectángulo rojo hay representaciones de un ángel, un águila, un león y un buey, mencionados en el Apocalipsis de San Juan Evangelista. En el caso del icono que nos interesa, la imagen del león se ha perdido parcialmente, pero aun así está claro que se trata de un icono canónico. Otro tema del icono es el servicio de los ángeles a la Madre de Dios y la adoración de las potencias celestiales por el milagroso nacimiento de Cristo, sus imágenes dispuestas sobre los rayos de la estrella de ocho puntas. Entre ellos están los arcángeles y los ángeles sin nombre. La cenefa dorada y policromada del icono, símbolo del cielo y del poder divino, está desprovista de todo detalle, dejando el protagonismo al registro central de la imagen. El único detalle que se aprecia es la inscripción en cirílico - "Neopalimaya Kupina"- que en su traducción literal al español significa el título del propio icono, "La Virgen de la Zarza Ardiente". Este icono se produjo en los talleres de Mstera, una de las escuelas de pintura de iconos más importantes de Rusia, tanto por la cantidad como por la calidad de su producción. Este pueblo se encuentra cerca de Vladimir, otra de las escuelas de pintura de iconos más importantes, y las primeras menciones de él datan de alrededor de 1628. Era una localidad pobre, y sus habitantes, principalmente campesinos, alternaban sus actividades agrícolas con diversos oficios para ganarse la vida. Como Mstera estaba rodeada de monasterios e iglesias, la pintura de iconos era la actividad más común. Así, en el siglo XIX, más de la mitad de la población se dedicaba exclusivamente a la pintura de iconos. La especialidad de esta escuela era seguir los estilos antiguos, sus iconos se distinguen por la abundancia de detalles, tanto en la representación de los santos como en la de la naturaleza, pero al mismo tiempo la estética de los personajes podría calificarse de ingenua. Además de pintar los iconos en masa, los maestros de Mstera eran también restauradores de primera clase. Por tanto, este gran conocimiento del material hace que los iconos de esta escuela sean siempre de gran calidad.

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Escuela rusa de Mstera, siglo XVIII. "La Virgen de la Zarza Ardiente". Témpera, pan de oro sobre tabla. Medidas: 22 x 19 cm. La Virgen de la Zarza Ardiente es uno de los iconos más complejos y simbólicos del tema mariano en la iconografía ortodoxa. Alude al pasaje homónimo del Antiguo Testamento. En el plano simbólico desarrolla diferentes facetas del culto cristiano relacionadas con la aparición de Cristo, basadas en los relatos del Antiguo Testamento. Esta iconografía se conoce desde los tiempos protocristianos, cuando se representaba a la Virgen Orante, o en algunos casos a la Odigidria, encerrada en la Zarza Ardiente, con Moisés arrodillado contemplándola. A mediados del siglo XVI, coincidiendo con el gobierno de Iván el Terrible, el icono de la Virgen de la Zarza Ardiente cambió de aspecto, enriqueciéndose con símbolos y alegorías. En aquella época, la vieja Rusia experimentaba una gran expansión de su territorio hacia Siberia, Astracán y Kazán. Rusia se convirtió en el centro ortodoxo más importante del mundo. La Virgen y la Zarza Ardiente pasó a representarse de medio cuerpo, con el Niño Jesús en brazos, dentro de una estrella bicolor de ocho puntas, compuesta por dos rectángulos, rojo, que simboliza la Zarza Ardiente, y verde, que simboliza el arbusto en crecimiento, o azul, como en el caso del icono subastado, una representación menos común, que alude al cielo. En las esquinas del rectángulo rojo hay representaciones de un ángel, un águila, un león y un buey, mencionados en el Apocalipsis de San Juan Evangelista. En el caso del icono que nos interesa, la imagen del león se ha perdido parcialmente, pero aun así está claro que se trata de un icono canónico. Otro tema del icono es el servicio de los ángeles a la Madre de Dios y la adoración de las potencias celestiales por el milagroso nacimiento de Cristo, sus imágenes dispuestas sobre los rayos de la estrella de ocho puntas. Entre ellos están los arcángeles y los ángeles sin nombre. La cenefa dorada y policromada del icono, símbolo del cielo y del poder divino, está desprovista de todo detalle, dejando el protagonismo al registro central de la imagen. El único detalle que se aprecia es la inscripción en cirílico - "Neopalimaya Kupina"- que en su traducción literal al español significa el título del propio icono, "La Virgen de la Zarza Ardiente". Este icono se produjo en los talleres de Mstera, una de las escuelas de pintura de iconos más importantes de Rusia, tanto por la cantidad como por la calidad de su producción. Este pueblo se encuentra cerca de Vladimir, otra de las escuelas de pintura de iconos más importantes, y las primeras menciones de él datan de alrededor de 1628. Era una localidad pobre, y sus habitantes, principalmente campesinos, alternaban sus actividades agrícolas con diversos oficios para ganarse la vida. Como Mstera estaba rodeada de monasterios e iglesias, la pintura de iconos era la actividad más común. Así, en el siglo XIX, más de la mitad de la población se dedicaba exclusivamente a la pintura de iconos. La especialidad de esta escuela era seguir los estilos antiguos, sus iconos se distinguen por la abundancia de detalles, tanto en la representación de los santos como en la de la naturaleza, pero al mismo tiempo la estética de los personajes podría calificarse de ingenua. Además de pintar los iconos en masa, los maestros de Mstera eran también restauradores de primera clase. Por tanto, este gran conocimiento del material hace que los iconos de esta escuela sean siempre de gran calidad.

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