Null Escuela rusa de viejos creyentes, finales del siglo XVIII.


"Resurrección …
Descripción

Escuela rusa de viejos creyentes, finales del siglo XVIII. "Resurrección de Cristo, Descenso de Cristo a los infiernos, con 16 escenas hagiográficas". Témpera sobre tabla Medidas: 44 x 38 cm. El descenso de Cristo a los infiernos es una de las representaciones más importantes de la iconografía cristiana. Este pasaje se conoce en la antigua Rus desde el siglo XI, aunque se hizo más popular en la segunda mitad del siglo XIV. La iconografía de este pasaje del Nuevo Testamento se desarrolló finalmente en el siglo XVII en los talleres de Moscú. En este periodo, el icono alcanzó su máxima complejidad, combinando los pasajes del Nuevo y del Antiguo Testamento, y componiendo al mismo tiempo las escenas de la Resurrección y del descenso de Cristo a los infiernos en una sola. El lote subastado tiene un valor museístico. La composición del icono corresponde a un canon sobre el tema de la Resurrección y el descenso de Cristo a los infiernos, rodeado de 16 escenas hagiográficas, que relatan diferentes pasajes marianos y pasajes de la vida de Cristo, así como cuatro evangelistas que descansan en las cuatro esquinas del marco. Sin embargo, lo que hace que este icono sea tan interesante y único es la escena de la Trinidad, situada en el registro superior del icono. Esta tipología de la Trinidad no es la representación de la Trinidad canónica como tal, sino que a priori formaba parte de la propia iconografía de Cristo. El prototipo de esta imagen se desarrolló hacia mediados del siglo XVI en relación con la reconstrucción de la catedral de la Anunciación del Kremlin de Moscú, que sufrió un incendio en 1547. Este icono, junto con otros que aparecieron en esta época de la historia, refleja el interés de las clases intelectuales moscovitas de la época por un enfoque racionalista de la religión cristiana a través de una representación más literal de los dogmas ortodoxos. Todas estas imágenes fueron desarrolladas por el metropolita Macario de Moscú, adorado por los viejos creyentes, y el arcipreste Silvestre. A pesar de causar mucha controversia, finalmente fueron aceptadas, incluida esta versión de la Trinidad, más conocida como "El Hijo Único". Normalmente, este icono formaba parte de los iconos compuestos, ya sea en iconostasio, o se veneraba como icono independiente. La representación de este pasaje dentro de una iconografía del descenso de Cristo a los infiernos es muy inusual, y por ello eleva el valor del interés del icono. La iconografía de esta imagen se basa en los textos litúrgicos de Juan el Bautista y en los comentarios de los Padres de la Iglesia. El significado de la iconografía se explica siempre en el borde exterior. En el centro de la composición está siempre la mandorla mística circular, sostenida por dos ángeles, con Jesucristo, "el único Hijo", sentado. Por encima de él está el Padre Dios (Sebaoth). En la parte inferior están las escenas del triunfo de la muerte, representada por un esqueleto ecuestre, y la lucha del arcángel Miguel contra el diablo. El vínculo entre las dos partes de la imagen es la Madre de Dios con Jesucristo resucitado. El tipo de Trinidad "el Hijo único" es una alegoría de la lucha entre la vida y la muerte, el bien y el mal, y representa la esencia del regreso de Cristo al cielo, y su comienzo de la vida celestial. Cabe destacar que esta iconografía dio lugar a uno de los cantos litúrgicos ortodoxos más importantes "El Hijo único, y la palabra de Dios". Además, una serie de detalles, como la bendición con dos dedos, las abundantes inscripciones en el borde, la cruz de ocho puntas y el nombre de Jesucristo escrito como "ICXI", etc., vinculan este icono a los talleres de los viejos creyentes ortodoxos rusos.

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Escuela rusa de viejos creyentes, finales del siglo XVIII. "Resurrección de Cristo, Descenso de Cristo a los infiernos, con 16 escenas hagiográficas". Témpera sobre tabla Medidas: 44 x 38 cm. El descenso de Cristo a los infiernos es una de las representaciones más importantes de la iconografía cristiana. Este pasaje se conoce en la antigua Rus desde el siglo XI, aunque se hizo más popular en la segunda mitad del siglo XIV. La iconografía de este pasaje del Nuevo Testamento se desarrolló finalmente en el siglo XVII en los talleres de Moscú. En este periodo, el icono alcanzó su máxima complejidad, combinando los pasajes del Nuevo y del Antiguo Testamento, y componiendo al mismo tiempo las escenas de la Resurrección y del descenso de Cristo a los infiernos en una sola. El lote subastado tiene un valor museístico. La composición del icono corresponde a un canon sobre el tema de la Resurrección y el descenso de Cristo a los infiernos, rodeado de 16 escenas hagiográficas, que relatan diferentes pasajes marianos y pasajes de la vida de Cristo, así como cuatro evangelistas que descansan en las cuatro esquinas del marco. Sin embargo, lo que hace que este icono sea tan interesante y único es la escena de la Trinidad, situada en el registro superior del icono. Esta tipología de la Trinidad no es la representación de la Trinidad canónica como tal, sino que a priori formaba parte de la propia iconografía de Cristo. El prototipo de esta imagen se desarrolló hacia mediados del siglo XVI en relación con la reconstrucción de la catedral de la Anunciación del Kremlin de Moscú, que sufrió un incendio en 1547. Este icono, junto con otros que aparecieron en esta época de la historia, refleja el interés de las clases intelectuales moscovitas de la época por un enfoque racionalista de la religión cristiana a través de una representación más literal de los dogmas ortodoxos. Todas estas imágenes fueron desarrolladas por el metropolita Macario de Moscú, adorado por los viejos creyentes, y el arcipreste Silvestre. A pesar de causar mucha controversia, finalmente fueron aceptadas, incluida esta versión de la Trinidad, más conocida como "El Hijo Único". Normalmente, este icono formaba parte de los iconos compuestos, ya sea en iconostasio, o se veneraba como icono independiente. La representación de este pasaje dentro de una iconografía del descenso de Cristo a los infiernos es muy inusual, y por ello eleva el valor del interés del icono. La iconografía de esta imagen se basa en los textos litúrgicos de Juan el Bautista y en los comentarios de los Padres de la Iglesia. El significado de la iconografía se explica siempre en el borde exterior. En el centro de la composición está siempre la mandorla mística circular, sostenida por dos ángeles, con Jesucristo, "el único Hijo", sentado. Por encima de él está el Padre Dios (Sebaoth). En la parte inferior están las escenas del triunfo de la muerte, representada por un esqueleto ecuestre, y la lucha del arcángel Miguel contra el diablo. El vínculo entre las dos partes de la imagen es la Madre de Dios con Jesucristo resucitado. El tipo de Trinidad "el Hijo único" es una alegoría de la lucha entre la vida y la muerte, el bien y el mal, y representa la esencia del regreso de Cristo al cielo, y su comienzo de la vida celestial. Cabe destacar que esta iconografía dio lugar a uno de los cantos litúrgicos ortodoxos más importantes "El Hijo único, y la palabra de Dios". Además, una serie de detalles, como la bendición con dos dedos, las abundantes inscripciones en el borde, la cruz de ocho puntas y el nombre de Jesucristo escrito como "ICXI", etc., vinculan este icono a los talleres de los viejos creyentes ortodoxos rusos.

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