Escuela flamenca del siglo XVII. "Orla de flores, con alegoría de la Eucaristía". Óleo sobre cobre. Tiene un cobre interior con un motivo del Buen Pastor. Tiene un marco de finales del siglo XIX, siguiendo modelos holandeses. Medidas: 46 x 37 cm; 57 x 48 cm (marco). Esta obra de carácter devocional está compuesta por dos cobres indistintos que se unen para formar una composición floral, donde se representa una alegoría de la Eucaristía. Es decir, sobre el cobre de mayor tamaño, hay otro superpuesto en formato ovalado, en el que se encuentra la representación del Buen Pastor, iconografía que hunde sus raíces en el arte occidental antiguo, concretamente en los moscóforos de la Antigua Grecia. En cuanto a su significado, el Buen Pastor es una alegoría bíblica, que originalmente se refería a Yahvé y posteriormente a Jesucristo. El Buen Pastor se interpreta como Dios, que salva a la oveja perdida (el pecador). El tema aparece en el Antiguo Testamento, y en los Evangelios la misma alegoría se aplica a Jesús como Hijo de Dios. Volviendo al cobre mayor, el protagonista es el elemento arquitectónico donde se representa la frontera de Jesús como Buen Pastor. En la parte superior de esta fantasiosa arquitectura podemos leer: EGO SUM PANIS VIVUS (Yo soy el pan vivo), justo en la cornisa sobre la que descansa un cáliz, con la sagrada hostia encima, elementos representativos del cuerpo y la sangre de Cristo, así designados en la Última Cena. La escena se completa con dos cuernos de la abundancia a los lados, una composición floral inferior y varias mariposas que simbolizan el paso del tiempo y la temporalidad de la vida en este bodegón. Esta obra sigue una tradición muy popular en la pintura barroca del siglo XVII. Aunque, por la importancia de las flores y los frutos, se puede hablar de un bodegón, la escena religiosa que enmarcan hace que deba considerarse como parte de una línea de pinturas muy común tanto en la escuela española como en la flamenca.