Null Escuela española; segundo tercio del siglo XVII.

"San Juan, San Pablo y Sa…
Descripción

Escuela española; segundo tercio del siglo XVII. "San Juan, San Pablo y San Simón". Óleo sobre lienzo. Repintado. Presenta repintes, restauraciones y saltos en la pintura. Medidas: 43 x 80,5 cm. La escena está concebida a través de una composición bien equilibrada, con la figura de los tres santos en primer plano, todos ellos, retratados con un gran tamaño, frente a un fondo paisajístico de horizonte bajo, donde se aprecian varias escenas, relacionadas con el suplicio o la muerte de cada santo. Las figuras, monumentales, escultóricas y de gran porte, son típicas de la estética del barroco clasicista. Los santos representados son San Pablo, San Simón y San Juan. San Pablo era un judío helenizado de la diáspora, nacido en Tarso. Por lo tanto, era judío por etnia, griego por cultura y romano por nacionalidad. Recibió el nombre de Saulo, que cambió por el de Pablo tras su conversión. Nacido a principios del siglo I, estudió en Jerusalén con el rabino Gamaliel, que se caracterizaba por su odio a los cristianos. Un día, cuando iba de Jerusalén a Damasco, hacia el año 35, fue deslumbrado por un rayo y cayó del caballo. Entonces oyó la voz de Jesús que le decía: "Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? A raíz de esta experiencia, el santo pasó bruscamente de perseguidor a fanático del cristianismo. Tras curar la ceguera de un cristiano de Damasco, inició su vida de misionero hasta llegar a Jerusalén, donde entró en contacto con Pedro y los demás apóstoles. En la Edad Media, numerosas corporaciones se pusieron bajo su patrocinio, debido a diversos aspectos de su iconografía, vida y milagros. Sin embargo, San Pablo nunca fue un santo popular, lo que demuestra la relativa pobreza de su iconografía. De hecho, su papel en el arte no se corresponde con su importancia en la difusión del cristianismo. En el arte cristiano primitivo, sus únicos atributos son un libro o un pergamino, y en el siglo XIII aparece su emblema, la espada que fue el instrumento de su martirio, Juan el Bautista era hijo del sacerdote Zacarías y de Isabel, prima de la Virgen María. Se retiró muy joven al desierto de Judea para llevar una vida ascética y predicar la penitencia, y reconoció en Jesús, que fue bautizado por él, al Mesías anunciado por los profetas. Un año después del bautismo de Cristo, en el año 29, Juan fue detenido y encarcelado por el tetrarca de Galilea Herodes Antipas, cuyo matrimonio con Herodías, su sobrina y cuñada, se había atrevido a censurar. Finalmente San Juan fue decapitado, y su cabeza entregada a Salomé como recompensa por sus bellas danzas. Este santo aparece en el arte cristiano bajo dos formas diferentes: de niño, compañero de juegos de Jesús, y de adulto, predicador ascético.

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Escuela española; segundo tercio del siglo XVII. "San Juan, San Pablo y San Simón". Óleo sobre lienzo. Repintado. Presenta repintes, restauraciones y saltos en la pintura. Medidas: 43 x 80,5 cm. La escena está concebida a través de una composición bien equilibrada, con la figura de los tres santos en primer plano, todos ellos, retratados con un gran tamaño, frente a un fondo paisajístico de horizonte bajo, donde se aprecian varias escenas, relacionadas con el suplicio o la muerte de cada santo. Las figuras, monumentales, escultóricas y de gran porte, son típicas de la estética del barroco clasicista. Los santos representados son San Pablo, San Simón y San Juan. San Pablo era un judío helenizado de la diáspora, nacido en Tarso. Por lo tanto, era judío por etnia, griego por cultura y romano por nacionalidad. Recibió el nombre de Saulo, que cambió por el de Pablo tras su conversión. Nacido a principios del siglo I, estudió en Jerusalén con el rabino Gamaliel, que se caracterizaba por su odio a los cristianos. Un día, cuando iba de Jerusalén a Damasco, hacia el año 35, fue deslumbrado por un rayo y cayó del caballo. Entonces oyó la voz de Jesús que le decía: "Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? A raíz de esta experiencia, el santo pasó bruscamente de perseguidor a fanático del cristianismo. Tras curar la ceguera de un cristiano de Damasco, inició su vida de misionero hasta llegar a Jerusalén, donde entró en contacto con Pedro y los demás apóstoles. En la Edad Media, numerosas corporaciones se pusieron bajo su patrocinio, debido a diversos aspectos de su iconografía, vida y milagros. Sin embargo, San Pablo nunca fue un santo popular, lo que demuestra la relativa pobreza de su iconografía. De hecho, su papel en el arte no se corresponde con su importancia en la difusión del cristianismo. En el arte cristiano primitivo, sus únicos atributos son un libro o un pergamino, y en el siglo XIII aparece su emblema, la espada que fue el instrumento de su martirio, Juan el Bautista era hijo del sacerdote Zacarías y de Isabel, prima de la Virgen María. Se retiró muy joven al desierto de Judea para llevar una vida ascética y predicar la penitencia, y reconoció en Jesús, que fue bautizado por él, al Mesías anunciado por los profetas. Un año después del bautismo de Cristo, en el año 29, Juan fue detenido y encarcelado por el tetrarca de Galilea Herodes Antipas, cuyo matrimonio con Herodías, su sobrina y cuñada, se había atrevido a censurar. Finalmente San Juan fue decapitado, y su cabeza entregada a Salomé como recompensa por sus bellas danzas. Este santo aparece en el arte cristiano bajo dos formas diferentes: de niño, compañero de juegos de Jesús, y de adulto, predicador ascético.

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