BAUDELAIRE Charles (1821-1867)

Carta autógrafa firmada a George SAND, "19 de agosto de 1855", 1 p. autógrafo en tinta marrón en 1 f. doble in-8 de papel marfil tejido. Ligeras trazas de plegado. Preciosa carta dirigida a George Sand, relativa a la amante del poeta Marie Daubrun. "Madame, he recibido su excelente carta del día 17. Por lo tanto, no me equivoqué al invocar su amabilidad. Escribí inmediatamente a para que la Srta. Daubrun me informara de lo que había hecho sin consultarla, y para que supiera a quién dirigir su agradecimiento en caso de que estos señores, gracias a usted, reanudaran el contacto con ella directamente. En cuanto a mí, es de suponer que no me volverán a llamar, por la forma un tanto abrupta y extraña en que rompieron. Si tiene alguna noticia, feliz o desagradable, tenga la bondad, señora, de escribir dos palabras. Por favor, acepte con mi agradecimiento la seguridad de mis más respetuosos sentimientos". Ch. Baudelaire. 27, Rue de Seine. Esta carta es una de las dos únicas que se conocen de Baudelaire a George Sand, ambas relacionadas con un servicio que el poeta solicitó para su amante Marie Daubrun, con quien entonces mantenía un tumultuoso romance. Esta deslumbrante actriz "de cabellos dorados" le inspiró varios poemas en Les Fleurs du mal, especialmente L'irréparable. En ese momento tenía problemas a raíz de un pleito con su antiguo director. Anteriormente había representado dos obras de George Sand (Claudie y François le Champi). Cuando se le propuso actuar en el drama Maître Favilla, que se iba a representar en el Odeón, pidió a Baudelaire un ligero aumento de sus honorarios. Fue brutalmente rechazado. El 14 de agosto, escribió una larga y muy deferente carta a la autora de la obra, pidiéndole que intercediera por el artista. George Sand contestó favorablemente el día 17, lo que motivó la presente respuesta de agradecimiento y la renovación discreta de su petición. Esta carta, cínicamente cortés, está obviamente dictada por su deseo de complacer a su musa, y no por respeto a George Sand, a la que juzgaba estúpida, pesada y habladora: "No puedo pensar en esta estúpida criatura sin un estremecimiento de horror" ...