Attributed to LUIS USEBI (Rome, 1773-Paris, 1829).

Atribuido a LUIS USEBI (Roma, 1773-París, 1829). "Retrato de un caballero. Óleo sobre lienzo. Refinado Reproducido en el catálogo Medidas: 52,5 x 43,5 cm. Retrato de estética romántica en el que se representa una figura masculina de medio cuerpo, inscrita en un fondo neutro de tonalidad oscura. El gesto del retratado es sobrio y, en cierta medida, distante del espectador, debido en gran parte a la gama cromática utilizada por el artista. Está elegantemente vestido con una levita negra, un chaleco del mismo color con botones dorados y una camisa blanca de cuello ancho. Tanto la ropa como el corte de pelo indican que se trata de un personaje de principios del siglo XVIII, vestido a la moda romántica y relacionado con el dandismo inglés. Durante este periodo, la moda masculina vivió un gran esplendor, centrando la atención de los hombres en su estética. Por ello, surgieron términos como currutaco o petimetre, en relación con aquellos barones que se preocupaban por la moda, de tal manera que se convirtió en una forma de vida, que afectaba tanto a la vestimenta como a los comportamientos y actitudes. Esta tendencia suscitó muchas críticas y llevó a estos personajes a ser incomprendidos, un rasgo que encajaba perfectamente con el ideal romántico. Volviendo al retrato en sí, cabe destacar que tiene un dibujo lineal y muy preciso. El autor se interesó por el reflejo veraz de las cualidades, así como por un estudio de luz minuciosamente tratado, que se basa en un foco que cae directamente sobre el rostro del retratado, dándole una gran calidez que se refleja incluso en el fondo. De origen romano, Eusebi es un artista del que poco se sabe de su primera etapa en Roma o de su formación académica en esa ciudad. Sin embargo, en 1795 se trasladó a Madrid, donde comenzó a trabajar como miniaturista y decorador de abanicos, recibiendo importantes encargos como los de la Casa Ducal de Osuna y el propio Godoy. Al estallar la Guerra de la Independencia, Eusebi se trasladó a Sevilla, Cádiz y finalmente a Londres. Regresó a España en 1814 para comenzar a trabajar bajo la tutela del rey y fue nombrado pintor de la corte en 1816. Dos años más tarde fue nombrado conserje del Museo Real por la reina consorte. Fue uno de los primeros en trabajar en el proyecto de fundación del Museo del Prado, y su labor consistió en seleccionar las obras que formaban parte de las colecciones reales, con la intención de crear la colección propia del Prado. Además, su labor también consistió en elaborar los primeros catálogos.