Circle of FRANCISCO DE GOYA Y LUCIENTES (Fuendetodos, Zaragoza, 1746 - Bordeaux, France, 1828).

Círculo de FRANCISCO DE GOYA Y LUCIENTES (Fuendetodos, Zaragoza, 1746 - Burdeos, Francia, 1828). "Retrato de Carlos IV". Óleo sobre lienzo. Repintado Presenta repintes, restauraciones antiguas y un marco estilo Carlos IV de finales del siglo XIX con daños. Medidas: 126 x 94 cm; 145 x 113 cm (marco). Vestido con un traje de seda granate, bordado en plata, el monarca sostiene con su mano el bastón de mando de capitán general, apenas visible en la composición, mientras apoya la otra en su cintura. La cruz y el fajín de la Orden de Carlos III, así como el de San Genaro de Nápoles, cuelgan relucientes sobre su traje. También puede verse el vellocino de oro. Junto al monarca, una mesa con piel de armiño sostiene la corona real, que es el único elemento ajeno a la figura del monarca. La obra sigue los modelos estéticos impuestos por Francisco de Goya, que pintó varios retratos del monarca. El cuadro es un reflejo del cuadro pintado por Goya en 1789, que pertenece a la colección del Museo del Prado y se llama Carlos IV de Rojo. Fue concebido como pieza de acompañamiento del retrato de la reina consorte María Luisa, ambos encargados por la Academia en marzo. Fue Jovellanos quien encargó la tarea a Goya, quien, como pintor de la corte, realizó varias versiones de las obras. En este caso concreto, a pesar de las similitudes con la obra del Prado, se pueden reconocer ciertas diferencias. En primer lugar, el gran telón verde se reduce en este caso a una especie de cortina en la que el color se reparte uniformemente, evitando así los marcados pliegues. Además, en este caso, el monarca lleva el bastón de mando y un chaleco muy decorativo. Carlos IV fue rey de España y del Imperio español desde 1788 hasta 1808. La España heredada por Carlos IV mostraba pocos signos de inestabilidad, pero durante su reinado, España entró en una serie de alianzas poco rentables y su régimen buscó constantemente dinero en efectivo para hacer frente a las exigencias de la guerra. Su hijo y heredero, Fernando, lideró la fallida Conspiración de El Escorial y posteriormente obligó a Carlos a abdicar tras el Tumulto de Aranjuez en 1808, junto con la destitución de su primer ministro Manuel de Godoy. Llamado a Bayona por Napoleón Bonaparte, que obligó a Fernando VII a abdicar, Carlos IV también abdicó, allanando el camino para que Napoleón colocara a su hermano mayor José Bonaparte en el trono español. Sin embargo, el reinado de Carlos IV resultó ser un importante punto de inflexión en la historia de España.