Italian school; third quarter of the 18th century.

Escuela italiana; tercer cuarto del siglo XVIII. "Retrato de un caballero". Óleo sobre lienzo. Repintado Presenta repintado y marco del siglo XIX. Medidas; 66 x 56,5 cm; 78 x 68 cm (marco). En este retrato, el autor nos muestra a un caballero en tres cuartos, ligeramente girado con respecto al espectador, pero con el rostro completamente de frente. El joven está elegantemente vestido con ropas ricas y suntuosas, adornadas con adornos dorados, botones dorados, puños de encaje y el gran cuello de la camisa, que destaca por su juego volumétrico. Sobre un fondo neutro y oscuro, destaca el gran cortinaje rojo de la parte izquierda de la composición, herencia del retrato barroco. Sin embargo, el tratamiento estético del retratado indica que se trata de un retrato que sigue los preceptos del neoclasicismo, no sólo en la vestimenta y el tipo de peinado. Es también la estética de un acabado pulido, en el que se da gran importancia a los detalles, y que se acentúa con el uso de tonos brillantes. La superficie de la obra es plana, jugando con un uso preciso y meticuloso de las pinceladas. Esto se basa en una gran habilidad en el dibujo, que gana protagonismo sobre el color. Ejemplo de ello es el uso de una paleta medida, sin grandes estridencias, en la que el autor ha buscado el equilibrio entre las diferentes tonalidades. Otro rasgo común, típico de los retratos de esta época, y que se refleja en esta obra en particular, es el interés por captar la realidad, reflejando fielmente los rasgos del retratado, pero sin dejar de lado la idealización, de modo que vemos una efigie de formas suaves, redondeadas y amables. A pesar de lo anterior, la falta de elementos anecdóticos nos impide definir quién es el protagonista de la escena; sin embargo, es muy llamativo el gesto que realiza, al adoptar la pose de bendecir con la mano derecha, lo que aumenta la incertidumbre sobre la identidad del retratado. La obra se aproxima en cierta medida a la estética, o estilo, de Giacomo Ceruti (Milán, 1698-1767), también conocido como el "Pittocchetto", que se convirtió en una de las figuras más destacadas del último barroco europeo. Su obra también refleja una cierta cercanía a las características de la obra de Pompeo Batoni (Luca, 1708 - Roma, 1787), que alcanzó fama internacional y fue reconocido como el mejor pintor italiano gracias a sus retratos.