Italian school; mid-18th century.

Escuela italiana; mediados del siglo XVIII. "Retrato de un caballero". Óleo sobre lienzo. Repintado Presenta repintes y faltas. Necesita ser limpiado. Medidas: 50 x 39 cm. En esta obra el autor nos presenta un retrato masculino, en el que el personaje se sitúa en primer plano, con un busto alargado, y sobre un fondo neutro y oscuro que provoca una gran exaltación de su presencia debido a su rostro vivamente iluminado. De hecho, la estudiada iluminación, de influencia tenebrista, es el principal recurso expresivo utilizado por el pintor, una luz enfocada, dirigida y artificial que entra en la composición por el frente y cae directamente sobre la zona principal de la imagen, el rostro del personaje, creando una gran claridad en su cara y en sus ropas, modelando sus rasgos faciales y sus volúmenes anatómicos con gran naturalismo, pero ciertamente idealizados, ya que predominan las formas suaves y redondeadas. Destaca el gesto de la boca, que permanece entreabierta, como si el protagonista quisiera decir algo. Este rasgo hace que el espectador se acerque a él, ya que el modelo parece querer iniciar una conversación. En definitiva, se trata de un recurso muy inteligente utilizado por el artista para establecer una estrecha relación entre su obra y el espectador. Durante el siglo XVIII, al igual que en el resto de Europa, el retrato se convirtió en el género que adquirió mayor protagonismo debido a la excelencia de la pintura italiana, como consecuencia de las nuevas estructuras sociales que se establecieron en el mundo occidental durante este siglo, encarnando la máxima expresión de la transformación del gusto y la mentalidad de la nueva clientela que surgió entre la nobleza y la alta burguesía adinerada, que tomó las riendas de la historia durante este periodo. Mientras los círculos oficiales daban prioridad a otros géneros artísticos, como la pintura de historia, y los incipientes coleccionistas fomentaban la profusión de cuadros de género, el retrato era muy demandado para las pinturas destinadas al ámbito más privado, como reflejo del valor del individuo en la nueva sociedad. Este género encarna la presencia permanente de la imagen de sus protagonistas, para ser disfrutada en la intimidad de un estudio, en el calor cotidiano de un gabinete familiar o presidiendo las principales estancias de la casa.