Spanish school; second half of the 18th century.

Escuela española; segunda mitad del siglo XVIII. "San José con el Niño". Óleo sobre lienzo. Repintado. Presenta faltas y repintes. Medidas: 69 x 58 cm. En esta obra de formato ovalado se representa la tierna escena de San José con el Niño. Ambos personajes se sitúan en el centro de la composición, insertados en un paisaje, en cuya zona superior destaca un rompimiento de gloria. San José, de pie, sostiene al pequeño Niño en sus brazos, mirando hacia su hijo, estableciendo así una relación paternal y filial entre ambos. El Niño, desnudo en los brazos de su padre, obvia por completo la presencia del espectador, apoyándose en el atributo iconográfico más característico de San José, esta imagen intenta resaltar la gran importancia del padre putativo del Niño. Por sus características formales podemos relacionar esta obra con uno de los pintores más destacados de la escuela sevillana de la primera mitad del siglo XVIII, Domingo Martínez. Este artista se formó en su ciudad natal y Lucas Valdés fue uno de sus maestros. Las fuentes indican que fue apreciado en su época, ya que recibió importantes encargos como los del arzobispo de Sevilla, para quien realizó varias pinturas para la catedral de la capital andaluza y la iglesia de Nuestra Señora de la Consolación de Umbrete. Durante la estancia de Felipe V en la corte sevillana (1729-33) también estuvo en contacto con pintores franceses al servicio del rey, como Jean Ranc y Louis-Michel van Loo, cuya influencia es evidente en su obra, unida a la herencia directa de Murillo. Por otra parte, fue precisamente Ranc quien propuso a Martínez como pintor de la corte, oferta que, sin embargo, el pintor rechazó al no querer trasladarse a Madrid con el rey. Tuvo varios discípulos, y sabemos que en su taller se formaron Andrés de Rubira, Pedro Tortolero y Juan de Espinal, este último que acabaría siendo su yerno y heredero del taller familiar. Su primera obra importante fue el conjunto decorativo de la iglesia del Colegio de San Telmo, con pinturas sobre la vida de Cristo y su relación con el mar, realizado en 1724. Seis años más tarde realizó dos grandes cuadros para el Convento de Santa Paula de Sevilla. En la década de 1730 realizó también obras individuales y conjuntos para iglesias de Sevilla y su provincia, siempre de temática religiosa, así como el retrato del arzobispo Luis de Salcedo y Azcona para el Palacio Arzobispal de Sevilla (1739). Fue igualmente prolífico en la última década de su vida, en la que realizó decoraciones al temple para las iglesias de Santa Ana y San Luis de los Franceses de Sevilla, así como varios lienzos. Su última obra, realizada hacia 1748, fue un conjunto de ocho lienzos que representaban la gran mascarada celebrada en Sevilla en junio del año anterior con motivo de la subida al trono de Fernando VI. Las obras de Martínez se conservan actualmente en el Museo de Bellas Artes de Sevilla.