Neapolitan school; late 17th century. Escuela napolitana; finales del siglo XVII…
Descripción

Neapolitan school; late 17th century.

Escuela napolitana; finales del siglo XVII. "Inmaculada Concepción". Óleo sobre lienzo. Repintado. Presenta faltas y repintes. Medidas: 67 x 52 cm. En esta obra el autor plasma una imagen típicamente barroca de la Inmaculada Concepción, María aparece de pie, vestida con una túnica blanca, aunque el manto cambia del habitual azul celeste, para convertirse en un color casi negro. Una aureola muy delicada, compuesta por las doce estrellas que representan las tribus de Israel, cubre su cabeza, con una mirada elevada. Se encuentra sobre un pedestal de nubes, con una media luna que simboliza en la iconografía inmaculista la castidad de Diana y la victoria cristiana sobre los musulmanes. Es una imagen de gran claridad, que alude a la victoria de María sobre el pecado original. La figura destaca sobre un fondo dorado, un rompimiento de gloria encerrado por nubes trabajadas con gran ilusionismo, entre las que aparecen numerosos ángeles niños, la mayoría de ellos trabajados en tonos dorados, que reflejan la luz divina. El dogma de la Inmaculada Concepción defiende que la Virgen fue concebida sin Pecado Original, y fue definido y aceptado por el Vaticano en la Bula Ineffabilis Deus del 8 de diciembre de 1854. Sin embargo, España y todos los reinos bajo su dominio político defendían esta creencia con anterioridad. Desde el punto de vista iconográfico, la representación toma textos tanto del Apocalipsis (12: "Apareció una gran señal en el cielo, una mujer envuelta en el sol, con la luna bajo sus pies, y en su cabeza una corona de doce estrellas") como de las letanías lauretanas que se rezan después del rosario y que contienen epítetos de María tomados del Cantar de los Cantares del rey David. Combinando los dos textos y siguiendo una evolución ya iniciada a finales del periodo gótico, llegamos a una tipología muy sencilla y reconocible que presenta a la Virgen en el cuarto lunar, con las estrellas en la cabeza y vestida de luz (con una aureola sólo en la cabeza o en todo el cuerpo). El signo distintivo de la escuela napolitana ha sido siempre su fuerte carácter naturalista, su colorido cálido, con predominio del rojizo y el castaño, y el cultivo, junto a la pintura de altar, de un tipo de pintura realista como su mejor exponente. En Nápoles, la influencia de Ribera fue igual o mayor que la de Caravaggio. Su naturalismo, más sensual y matérico, más vigoroso y vehemente, menos intelectual que el de Caravaggio, acabó siendo permeable a las influencias venecianas y flamencas, haciéndose más rico en colorido y más ligero en técnica, especialmente a partir de 1635. Sus discípulos más fieles fueron los Fracanzano, Cesare (1600-51) y Francesco (1612-56), Bartolomeo Bassante (1614-56), Paolo Domenico Finoglia (1590-1645) y algunos otros que más tarde cultivaron géneros especiales como Aniello Falcone (1607-56), Salvatore Rosa (1615-73) y Luca Giordano. Sin embargo, a partir del Barroco, los colores se volvieron más suaves y matizados, dejando de optar por el tenebrismo, pero conservando una gran teatralidad en las representaciones.

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Neapolitan school; late 17th century.

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