Italian school; 17th century.

Escuela italiana; siglo XVII. "Pentecostés". Óleo sobre cobre". Presenta repintes y restauraciones. Medidas: 13 x 10 cm. En este cobre vemos el episodio del Pentecostés, en el que, como narran los Evangelios, Jesús, ya desaparecido de la Tierra, no deja huérfanos a sus discípulos, sino que les envía, de parte del Padre, un consolador, el Paráclito o Espíritu de la Verdad, que estará con ellos eternamente. Así, aunque Cristo aparece fugazmente en la escena, es el principal protagonista del episodio. Por su parte, la Virgen, tradicionalmente la figura central de esta iconografía, sólo tiene un papel secundario en la escena de la glosolalia, ya que es la única que permanece en silencio. Aquí vemos a los doce apóstoles alrededor de María, sobre cuya cabeza aparece el Espíritu Santo en forma de paloma, que los ilumina con rayos dorados de luz divina, y sobre el Espíritu Santo los bustos de Jesús y de Dios Padre. La escena se desarrolla en un interior trabajado en perspectiva, lo que refleja una conciencia de los avances del Renacimiento italiano. Esta construcción en perspectiva se ve especialmente reforzada por los escalones del suelo y, dado que el punto de vista permite ver tanto el suelo como el techo, que está algo distorsionado por la presentación divina de la trinidad. Se trata de una obra que bebe del siglo anterior, recuperando valores propios del clasicismo, como la disposición simétrica de los apóstoles, seis a cada lado. Sin embargo, la influencia del naturalismo italiano se aprecia en la práctica desaparición de la isocefalia y, sobre todo, en la individualización de las distintas figuras, especialmente en sus actitudes y posiciones. Asimismo, los pliegues, aunque siguen siendo claroscuros, muestran líneas más suaves y naturalistas, con una clara influencia italiana.