Circle of JERÓNIMO JACINTO ESPINOSA (Cocentaina, Alicante, 1600-Valencia, 1667).

Círculo de JERÓNIMO JACINTO ESPINOSA (Cocentaina, Alicante, 1600-Valencia, 1667). "Busto de San Sebastián". Óleo sobre lienzo. Refinado. Presenta importantes dalos y restauraciones. Medidas: 42 x 37 cm. La expresión dramática de este retrato, sumada a la juventud y la anatomía del protagonista, invitan al espectador a pensar en la representación de San Sebastián. Nacido en la Galia y criado en Milán, Sebastián fue un centurión de la primera cohorte en tiempos del emperador Diocleciano (finales del siglo III - principios del IV). Denunciado por exhortar a sus amigos Marcos y Marcelino a permanecer firmes en su fe, por orden del emperador fue atado a un poste en el centro del Campo de Marte, y sirvió de blanco vivo para los arqueros que le dispararon. Pero no murió por ello. La viuda Irene, que quería levantar su cuerpo para enterrarlo, se dio cuenta de que aún respiraba, le vendó las heridas y le salvó la vida. Una vez curado, reapareció ante Diocleciano para reprocharle su crueldad con los cristianos. Entonces fue azotado, golpeado hasta la muerte en el circo y su cadáver fue arrojado a la cloaca de Maximiano. Poco después, San Sebastián se le apareció a Santa Lucila en sueños para revelarle la ubicación de sus restos, y le pidió que lo enterrara en las catacumbas. Por las características estéticas de la obra, puede relacionarse con el círculo artístico de Jerónimo Jacinto Espinosa, que retrató a los santos en numerosas ocasiones, entre las que destaca el San Juan del Museo del Prado, cuyo rostro recuerda en gran medida a la presente obra. Espinosa firmó su primera obra importante, El milagro del Cristo del Rescate, en 1622-23. En este lienzo mostró ya un estilo plenamente maduro, que pronto le valió nuevos encargos de varios conventos valencianos. De esta época data también su magistral retrato del dominico Jerónimo Mos (1628). Espinosa también trabajó para la nobleza local, aunque muchas de las obras que ejecutó antes de 1640 se han perdido. En los años siguientes, y especialmente en la última década de su vida, realizó sus obras más notables, y trabajó para la catedral, la Universidad y la propia ciudad de Valencia. También hay que destacar que se conservan algunos dibujos de su mano, que nos permiten conocer mejor su sistema de trabajo. Se trata de estudios del natural, imprescindibles para conseguir el realismo de su pintura. Su trabajo sobre el lienzo era rápido, con pinceladas al estilo veneciano, veladuras y pasta fluida. Gracias a ello, consiguió una brillantez de color alabada por sus contemporáneos. Las obras de Espinosa se encuentran actualmente en el Museo del Prado, el Museo de Bellas Artes de Valencia, la Universidad de Valencia, el Museo Nacional de Arte de Cataluña, el Museo de la Ciudad de Valencia y otras colecciones, tanto públicas como privadas, así como en diversos centros religiosos de la Comunidad Valenciana.