GOMEZ (Antonio Enríquez). Academias morales de las musas. Dirigidas a Don Juan de Goyeneche... Madrid, Juan García Infançon, 1690. In-4 de [4] ff. 266-[2] pp. vitela marfil, lomo liso, título manuscrito en el lomo. Portada restaurada con desgarros y suciedad, esquina inferior de la última hoja del índice recortada con pequeña pérdida de texto. Rara edición de finales del siglo XVII, probablemente la quinta, de este raro e importante autor español. Hijo de judíos portugueses, Enríquez Gómez (1600-1663), nació probablemente en Cuenca (algunos dicen Segovia, otros Lisboa). Se alistó en el ejército a los 20 años y alcanzó el grado de capitán antes de huir a Francia en 1636 debido a las crecientes sospechas sobre sus creencias religiosas. Vivió en Burdeos, Ruán y París, donde fue nombrado secretario de Luis XIII. Durante su estancia en Francia, Enríquez Gómez también desarrolló una exitosa carrera como novelista, poeta y dramaturgo. Aunque hay rumores de publicaciones anteriores, su primer libro publicado con certeza (sólo precedido por un panfleto, Triumpho lusitano, publicado en 1641), es esta colección de Academias morales (Burdeos, 1642), que contiene varias obras poéticas y cuatro comedias. Probablemente debido a su rareza, algunos bibliógrafos, al no haber visto nunca un ejemplar, repiten la errónea e improbable fecha de 1612 en lugar de 1642 para la primera edición. Dos años más tarde, publicó la que quizá sea su obra más conocida, la novela picaresca en verso: El siglo pitagórico y vida de D. Gregorio Guadaña (Ruán, 1644). La producción dramática de Enríquez Gómez incluye más de dos docenas de comedias, la mayoría de ellas compuestas a la manera de Calderón, y puede incluir varias obras escritas bajo el seudónimo de Fernando de Zárate. La Inquisición fue un objetivo frecuente de la pluma de Enríquez Gómez, especialmente en la segunda parte de su Política angélica (Rouen, 1647), donde pide varias reformas, en particular una relajación del énfasis en la "limpieza de sangre" que quizás había causado su propia huida una década antes. Aunque fue quemado en efigie en un auto de fe en Sevilla en 1660, Enríquez Gómez volvió poco después. Fue detenido por la Inquisición y murió en Sevilla en 1663, probablemente en prisión.