TEAM 57 (Paris, 1957-1962).

TEAM 57 (París, 1957-1962). "Composición", 1957. Gouache sobre papel. Presenta varias etiquetas en el reverso; Galería Carmen Aranguren, Galería Rafael Ortiz, Galería Guillermo de Osma, Galería Cisne, Galería Marita Segovia. Tamaño: 28 x 28 cm; 53 x 53 cm (marco). Esta obra proviene de un manifiesto creado por el grupo artístico en 1957. En este documento definían sus propósitos artísticos, basados en una teoría plástica muy concreta, que trataba de reivindicar el papel del arte en la sociedad. La obra destaca por una estética en la que hay una clara importancia de los elementos geométricos, que dominan la composición, y que han sido ejecutados y dispuestos de tal manera que no transmiten una sensación espacial, sino una sensación plana cuya finalidad es componer una imagen que recoja e interprete los valores estéticos del constructivismo ruso, la geometría analítica y el dinamismo, a través de un lenguaje claro y sintético. El Equipo 57 fue formado en 1957 por tres pintores y dos arquitectos: Agustín Ibarrola, Ángel Duarte y José Duarte, por un lado, y Juan Cuenca y Juan Serrano, por otro. Más tarde se unió al grupo el danés Thorkild Hansen. El primer objetivo del grupo era aprovechar los nuevos recursos y maquinaria del momento para aplicarlos al diseño industrial y a la arquitectura, dejando de lado cualquier intención de autoría o individualismo. Con el interés de mostrar un arte de carácter colectivo que conectara con el espectador de forma global y no basado en localismos o individualidades. Buscaban cambiar la realidad social a través de la transformación del entorno cotidiano, mediante un lenguaje heredado del constructivismo, donde las formas geométricas, el color y la atracción tienen un gran protagonismo. No es de extrañar la adopción de este lenguaje estético debido a las circunstancias políticas del país. En el que la dictadura franquista ofrecía un arte oficial basado en la tradición y los estereotipos populares. Por eso el Equipo 57 supuso un hito artístico en el país, no sólo por la estética, como ya se ha dicho, sino por la adopción de técnicas y un sistema de trabajo basado en lo colectivo, siguiendo las mismas tendencias que se estaban dando en otros países, como en el ejemplo del grupo CoBRA. Sus actividades, contemporáneas a las de los grupos El Paso y Dau al Set, aunque muy diferentes estética y teóricamente, representaron el máximo exponente de la abstracción geométrica radical en España, con obras marcadas por planos de color uniforme que dialogan entre sí, tanto en pintura como en escultura. El grupo también publicó numerosos textos teóricos, siempre teniendo en cuenta el cambio de la sociedad, por lo que buscaron medios alternativos para hacer llegar sus ideas a un amplio público. Así, vendían sus obras a precios asequibles, intentando romper el carácter elitista del arte, y se distanciaban de los marchantes y las galerías. De hecho, se declararon en contra de ellos y también de los organismos oficiales relacionados con la instrucción pública. Esto, así como la radicalidad de su postura estética y, sobre todo, su clara oposición al régimen franquista, hizo que su obra no alcanzara el éxito. De hecho, su producción no será recuperada hasta los años noventa, cuando se reivindique su papel pionero en la historia del arte español a través de una importante exposición antológica celebrada en el Museo Reina Sofía (1993). Ese mismo año, 1993, el grupo recibe la Medalla de Oro de las Bellas Artes.