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Tres hojas manuscritas de libros de coroEn
latín, escritura …
Descripción

ENLUMINACIÓN]. Tres hojas manuscritas de libros de coroEn latín, escritura gótica litúrgica, grandes iniciales de filigrana; dos iniciales acuñadas; música anotada en pentagramas de 4 líneas dibujados en rojo, notación cuadrada, rúbricas en rojo, una hoja (n. Una de las hojas (nº 1) contiene el himno de vísperas de la fiesta de Santo Tomás de Aquino (In festo sancti thome de acquino ad vesperas ymnus) Norte de Francia u Holanda, ca. 1450Dimensiones : (1) 345 x 480 mm; (2) 355 x 475 mm; (3) 350 x 525 mm. Hojas utilizadas en sustitución de encuadernaciones o tapas de registro; pergaminos

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ENLUMINACIÓN]. Tres hojas manuscritas de libros de coroEn latín, escritura gótica litúrgica, grandes iniciales de filigrana; dos iniciales acuñadas; música anotada en pentagramas de 4 líneas dibujados en rojo, notación cuadrada, rúbricas en rojo, una hoja (n. Una de las hojas (nº 1) contiene el himno de vísperas de la fiesta de Santo Tomás de Aquino (In festo sancti thome de acquino ad vesperas ymnus) Norte de Francia u Holanda, ca. 1450Dimensiones : (1) 345 x 480 mm; (2) 355 x 475 mm; (3) 350 x 525 mm. Hojas utilizadas en sustitución de encuadernaciones o tapas de registro; pergaminos

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Cantoral de monasterio; Escuela Española; c. 1593. Aguada sobre vitela. Presenta faltas. Medidas: 64 x 39 cm. Los libros de coro, también llamados cantorales, corales o libros corales, son manuscritos musicales de gran formato que contienen diversas partes de la misa y del oficio divino, propias de cada celebración litúrgica. Se utilizaron en Europa durante la Baja Edad Media y el Renacimiento, y su gran formato permitía a todo el coro leer la notación musical a distancia. Aunque su uso empezó a decaer con la invención de la imprenta, se siguieron produciendo cantorales manuscritos hasta el siglo XIX. Especialmente importante fue su desarrollo en el siglo XV; desde principios de siglo se inició una corriente de enriquecimiento y renovación en las celebraciones litúrgicas, que llevó a que en catedrales, colegiatas, abadías y monasterios los antiguos libros manuales para atriles fueran progresivamente sustituidos por otros de mayor tamaño para los facistoles. De esta forma los templos y centros religiosos se irán dotando de nuevos libros litúrgicos, en el caso de los centros más ricos libros iluminados con bellas miniaturas enmarcadas dentro del estilo gótico internacional, primero, y ya en el siglo XVI reflejando el nuevo gusto renacentista. Para la elaboración de los cantorales se utilizó siempre el pergamino, generalmente obtenido de la piel de la oveja aunque en ocasiones, para folios de gran tamaño, se empleó el del ciervo. De hecho, en el siglo XVI la industria artesanal del pergamino alcanzó un gran desarrollo en centros como Granada; el pergaminero vendía los folios ya preparados, es decir, pulidos y cortados en hojas del tamaño requerido. En la composición de estos libros de coro participaban escritores y miniaturistas, y estos últimos mostrarían en el siglo XVI la influencia del nuevo estilo quattrocentista adoptando nuevas formas decorativas en las orlas, en los elementos exteriores de las letras capitulares y en los fondos arquitectónicos, conservando sin embargo la influencia flamenca, clave en el desarrollo de la pintura española del siglo XV, en el plegado de los ropajes, los tipos y el movimiento de las figuras. Presenta faltas.