Null Estatua de Nkisi Songye, República Democrática del Congo
Madera dura con pá…
Descripción

Estatua de Nkisi Songye, República Democrática del Congo Madera dura con pátina marrón y rezumante en algunas partes, cuentas de vidrio policromadas, listones y conos de metal, fibras vegetales, tela de rafia, piel de civeta H. 72,5 cm Figura de Nkisi Songye, República Democrática del Congo H. 28 ½ in Procedencia: - Richard V. Clarke, Nueva York - Galerie Serge Schoffel, Brafa, enero de 2016 - Colección privada francesa - Colección privada Publicación: - Catálogo de la Galerie Schoffel en Brafa, Bruselas Combinando las aportaciones del escultor, el herrero (vinculado al poder en la cultura Songye) y el poder del adivino o sacerdote nganga, esta escultura Songye es una figura emblemática, que restablece simbólicamente la relación del hombre con la naturaleza y lo sagrado. Inscrita en una base troncocónica, la efigie masculina, vestida con un taparrabos de tela autóctona, sujeta el abdomen hinchado con sus manos trapezoidales, evocando al clan. Numerosos collares de pasta de vidrio oumisang, colocados por el hechicero, adornan el cuello y contribuyen al poder de atracción del fetiche. Su rostro, inscrito en un triángulo, está marcado por unos ojos rasgados que evocan la interioridad, la boca angulosa, amenazante o locuaz, abierta sobre una hilera de dientes. Cruzando la nariz en forma de pirámide corta, y subrayando la mirada, unas tiras de cobre sujetas por clavos de tapicería y con un simple cabezal, guardan el secreto de su simbolismo. ¿Protección contra el rayo o el trueno, efectos taumatúrgicos olvidados o secretos? Nadie, hasta el día de hoy, puede asegurarlo (Neyt, 2004, página 375). Los conos de latón, presentes en la frente y en el ombligo, completan el carácter parcialmente metálico del fetiche. Sobre el peinado, atravesado por líneas de intersección, una alta carga oculta bajo una piel de jineta. Según François Neyt, la civeta (...) con su pelaje áspero, generalmente grisáceo o beige con bandas negras en el cuello y manchas negras en el cuerpo, encarna la alternancia del día y la noche. Su presencia en la estatua indica su dominio de la luz del día (op. cit., página 353). El tratamiento de las manos, la mirada, el revestimiento metálico del rostro podrían permitirnos situar esta obra en el este del país Songye, en la frontera de los territorios Luba, cuya influencia plástica es sensible aquí. Protector de una comunidad y no de un solo individuo, este fetiche Songye nkisi reúne en su postura los volúmenes que lo componen y la riqueza de sus atributos, la importancia y la omnipotencia de su función. Se encuentra en un estado de conservación excepcional (piel, cuentas, metal, taparrabos...)

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Estatua de Nkisi Songye, República Democrática del Congo Madera dura con pátina marrón y rezumante en algunas partes, cuentas de vidrio policromadas, listones y conos de metal, fibras vegetales, tela de rafia, piel de civeta H. 72,5 cm Figura de Nkisi Songye, República Democrática del Congo H. 28 ½ in Procedencia: - Richard V. Clarke, Nueva York - Galerie Serge Schoffel, Brafa, enero de 2016 - Colección privada francesa - Colección privada Publicación: - Catálogo de la Galerie Schoffel en Brafa, Bruselas Combinando las aportaciones del escultor, el herrero (vinculado al poder en la cultura Songye) y el poder del adivino o sacerdote nganga, esta escultura Songye es una figura emblemática, que restablece simbólicamente la relación del hombre con la naturaleza y lo sagrado. Inscrita en una base troncocónica, la efigie masculina, vestida con un taparrabos de tela autóctona, sujeta el abdomen hinchado con sus manos trapezoidales, evocando al clan. Numerosos collares de pasta de vidrio oumisang, colocados por el hechicero, adornan el cuello y contribuyen al poder de atracción del fetiche. Su rostro, inscrito en un triángulo, está marcado por unos ojos rasgados que evocan la interioridad, la boca angulosa, amenazante o locuaz, abierta sobre una hilera de dientes. Cruzando la nariz en forma de pirámide corta, y subrayando la mirada, unas tiras de cobre sujetas por clavos de tapicería y con un simple cabezal, guardan el secreto de su simbolismo. ¿Protección contra el rayo o el trueno, efectos taumatúrgicos olvidados o secretos? Nadie, hasta el día de hoy, puede asegurarlo (Neyt, 2004, página 375). Los conos de latón, presentes en la frente y en el ombligo, completan el carácter parcialmente metálico del fetiche. Sobre el peinado, atravesado por líneas de intersección, una alta carga oculta bajo una piel de jineta. Según François Neyt, la civeta (...) con su pelaje áspero, generalmente grisáceo o beige con bandas negras en el cuello y manchas negras en el cuerpo, encarna la alternancia del día y la noche. Su presencia en la estatua indica su dominio de la luz del día (op. cit., página 353). El tratamiento de las manos, la mirada, el revestimiento metálico del rostro podrían permitirnos situar esta obra en el este del país Songye, en la frontera de los territorios Luba, cuya influencia plástica es sensible aquí. Protector de una comunidad y no de un solo individuo, este fetiche Songye nkisi reúne en su postura los volúmenes que lo componen y la riqueza de sus atributos, la importancia y la omnipotencia de su función. Se encuentra en un estado de conservación excepcional (piel, cuentas, metal, taparrabos...)

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