JACQUES MONORY (1924-2018)

Toxique n° 19, Toto, 1983 Óleo y collage sobre lienzo. Firmado, fechado y titulado en el reverso. Óleo y collage sobre lienzo. Firmado, fechado y titulado en el reverso. H_160 cm W_180 cm Procedencia: - galerie Claude Heytens - adquirida en esta galería por el actual propietario - colección privada Jacques Monory A partir de 1963, algo se abre... comienza a moverse con gran entusiasmo y empuje... Los objetos, a partir de la pistola, los animales, a partir de los gatos, los rostros, a partir de los de su mujer y su hijo, los paisajes, pero como si estuvieran en proceso de volcarse, aparecen como tales en el lienzo, apareciendo dentro de una especie de emulsión o girando que acabará por disolverse. La representación monocromática y el realismo fotográfico aún no están del todo presentes, es más bien como si los viéramos abrirse paso a través de una especie de carrusel íntimo y onírico. Muy a menudo, se representa el ojo mismo, la mirada, como si se tratara de restablecer el derecho de mirada de la pintura sobre las cosas del mundo pintando el órgano de la vista. La caja de un gigantesco rompecabezas con piezas dispersas se ha abierto ante Monory, y lo que pinta entonces es esta irrupción, este desorden, que imita mediante sistemas de yuxtaposición o cartas barajadas, o a veces incluso reventando la superficie del cuadro. Atravesando un universo de espejos, de grietas, de astillas, lleno de mujeres, de gestos suaves e incluso lánguidos, donde el aficionado podía detectar huellas fetichistas, Monory salió de su estudio. Estos temas o acentos eróticos, oníricos y dilatados no se abandonarán nunca, pero se entremezclarán con otros, y sobre todo con imágenes de la actualidad, para formar una especie de autobiografía cotidiana, un largo diario desquiciado en el que la soledad del pintor-narrador es como un bombardeo de las apariencias desgarradas del mundo. Extracto de la monografía MONORY Jean-Christophe Bailly, Éditions Ides et Calendes, Neuchâtel 2001