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Collar de espinelas, India, con treinta y siete espinelas pulidas, cada una de las cuales pesa entre 12 y 15 quilates, con eslabones de hilo de oro y cierre de gancho de oro, 72 cm. de largo, peso 93,4 gramos (incluido el hilo de oro de 23,5 quilates) Los emperadores mogoles han tenido, durante siglos, un amor especial por las piedras preciosas. Las referencias encontradas en numerosas memorias y crónicas de este periodo muestran la fuerte creencia cultural en las propiedades de las piedras preciosas. Los timúridas, antepasados de los mogoles, introdujeron la tradición de grabar títulos y nombres en piedras de gran calidad y, junto con los diamantes y las esmeraldas, las grandes cuentas de espinela figuraban sin duda entre sus favoritas. Los emperadores encargaban a funcionarios especiales la búsqueda de piedras espectaculares, que luego llevaban en collares de varias vueltas para adornar sus atuendos. Estas gemas, además de ser un símbolo de la opulencia y la dignidad del imperio, también eran atesoradas como talismanes protectores. Akbar el Grande (1542-1605), tercer emperador mogol, coleccionaba espinelas, llevándolas la mayoría de las veces directamente sobre la piel, como "protector de la vida" por su color rojo sangre, montadas como colgantes o bazubands (brazaletes para el brazo), o simplemente sosteniéndolas en la mano. Una leyenda dice que los gobernantes debían llevar tres espinelas durante las batallas para protegerse de las heridas y la muerte. El hijo de Akbar, el emperador Jahangir (1569-1627), siguió la tradición familiar como gran conocedor de las gemas, e incluso fue descrito por un visitante inglés contemporáneo, el reverendo Edward Terry, como el "mayor y más rico maestro de las piedras preciosas que habita en toda la tierra". (Pal, op. cit., p. 131). Su legendaria pasión fue continuada por su hijo, Shah Jahan (1592-1666), más conocido por la construcción del Taj Mahal en Agra, una de las maravillas arquitectónicas más románticas y magníficas del mundo, y luego por su sucesor, el emperador Alamgir (1618-1707), también conocido como Aurangzeb. Aunque el pulido de muchas de las cuentas de este collar parece ser un pulido suave antiguo, la ausencia de inscripciones o cualidades identificativas hace difícil datar estas cuentas con precisión. Sin embargo, como grupo, al ser de tamaño y forma similares, su composición habría supuesto un esfuerzo, tiempo y gasto considerables. Para cuentas similares, véase M. Keene, Treasury of the World: Jewelled Arts of India in the Age of the Mughals, Londres 2001, p. 130 nos. LNS1765 Ja-c. Por favor, remítase al departamento para el informe de estado

london, Reino Unido