MIRALLES

ANA MIRALLÈS DJINN África (T.5), Dargaud 2021 Ilustración original publicada en el de la nueva edición del álbum del próximo álbum Firmado. Tinta china y acuarela sobre papel 47,2 × 40,2 cm (18,58 × 15,83 pulg.) Jade es la diosa Anaktu. Toda mitología necesita su propio lugar para instalarse, una dimensión elevada desde la que los dioses puedan observar las pasiones humanas: el placer, el dolor, la pérdida, el tiempo y la muerte. A veces se involucran en sus asuntos, otras veces se esconden detrás de su naturaleza inextricable. Jade encuentra su Olimpo en la impenetrable selva de Orushi. Su néctar es la sangre, su pasión favorita, la venganza. Sufre una metamorfosis diabólica. Parece que está habitada por una de las muchas formas de la primitiva Diosa Blanca. Su belleza y arrogancia, así como su indiferencia hacia las pasiones humanas, la hacen más inaccesible, misteriosa, deseable. Su pedestal crece y el misterio impenetrable de su naturaleza se funde en un erotismo destructivo de placer y muerte. Su cuerpo se extiende en el río y lo baña todo, nadie escapa a su influencia. La locura que la domina es una misión que nada puede detener. Estas son las premisas que alimentan mi creatividad. Intento ser franco y delicado con las formas y los colores. Intento que el personaje resalte con fuerza desde un fondo nebuloso, como el espíritu de los que sufren su influencia. El tatuaje es ceremonial, diseñado para embellecer su cuerpo. Su actitud, severa, sin un ápice de piedad. Su postura es majestuosa, desafiante, arrogante. Jade es una diosa terrible. Ana Mirallès