INTRODUCCIÓN DEL COLECCIONISTA Tony Fekete EUROPA, HIJA DE EROS Un librero amigo mío me señaló recientemente que soy uno de los pocos coleccionistas de curiosidades que vende su biblioteca en vida. La mayoría espera a morir, dejando a sus viudas para que dispongan de sus libros. En realidad, muy pocas colecciones sobreviven a su fundador. La dispersión de una colección es un acontecimiento casi inevitable. Las únicas bibliotecas que sobreviven son las donaciones, ahogadas por las grandes instituciones, o, a veces, ciertas bibliotecas de castillos, reunidas por aristócratas ávidos de erudición, que pasan de una generación a otra, a menudo sin mucho interés bibliófilo, y muy raramente constituidas por curiosidades. Más allá de la erótica, me obsesionan muchas cosas y la importancia y el predominio de la curiosa entre mis libros no refleja el alcance de mis intereses. Así, la venta de estos libros es una forma de reequilibrar mi colección con mi personalidad y, eventualmente, facilitar el trabajo de mi futura viuda... Me parece importante, como bibliófilo, poder desprenderse de los libros, para mantener la energía intelectual, y una cierta claridad de miras. Durante una importante venta, hace unos años, me desprendí de una parte importante de los clásicos de la curiosa francesa. Me quedé con algunos por gusto, pero preferí centrarme en los libros o manuscritos -húngaros, portugueses, rumanos, polacos, etc.- que sigo descubriendo en el transcurso de mi trabajo. - Sigo descubriéndolos en el transcurso de mis numerosos viajes. No he abandonado por completo mi interés por las curiosidades. Ocupa su lugar junto a otros temas, vinculados a mi pasión por los viajes y el descubrimiento de lenguas y culturas. Un coleccionista nunca se detiene. Siempre se dedica a su primera pasión, sacrificando tiempo para sus otras actividades. Un muy buen amigo mío alemán, uno de los más importantes amantes del arte erótico, empezó a coleccionar máscaras y esculturas africanas hace cinco años. Mi pasión son los viajes, el desarrollo de las lenguas y las culturas, especialmente las europeas. Con esta nueva pasión -no tan nueva porque mi primera biblioteca ya estaba dedicada a las guías de viaje- descubrí multitud de libros imprescindibles, completamente olvidados, como pequeños nichos desconocidos de nuestra cultura europea. He tomado conciencia de la importancia de las lenguas minoritarias para la riqueza de nuestra vida cultural y por su capacidad de darnos nuevas perspectivas sobre el mundo contemporáneo. Para ello, ahora busco con entusiasmo libros en ruteno, feroés, romanche suizo, euskera, maltés, galés, etc. He encontrado la primera Biblia eclesiástica rusa de 1581, el primer diccionario inglés-galés de 1547 y una traducción de Robinson Crusoe de 1846, que es la primera obra literaria en maltés. En pocos años, tengo más de ciento sesenta idiomas representados en mi biblioteca, y sólo hablo nueve de ellos... Por supuesto, en esta venta les ofrezco obras eróticas raras, que he guardado hasta ahora, pero sobre todo, además del cierto interés del mundo oculto de la curiosa, quiero compartir con ustedes esta vida de explorador, enamorado de los pensamientos y las culturas... Tony FEKETE