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D'après l'œuvre de Jean de Bologne (1529-1608), L'enlèvement des sabines, sculpture en résine, travail milieu Xxème, H. 62 cm.

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D'après l'œuvre de Jean de Bologne (1529-1608), L'enlèvement des sabines, sculpture en résine, travail milieu Xxème, H. 62 cm.

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Atribuido a GIACOMO y GIONANNI ZOFFOLI (Roma, siglo XVIII). De un original de "GIAMBOLOGNA", JEAN DE BOLOGNE (Douai, Flandes, 1529 - Florencia, 1608). "Mercurio", hacia 1800. Escultura en bronce. Ojos de plata. Base de mármol serpentina. Medidas: 115 x 27 cm. El taller de fundición de los Zoffoli fue uno de los más famosos y prolíficos de Roma durante el siglo XVIII. La obra sigue el modelo de la escultura original del artista de origen flamenco Jean de Bologne, más conocido por la forma italianizada de su nombre, "Giambologna", actualmente en el Museo del Bargello de Florencia. La obra, realizada originalmente en 1567, presenta a la divinidad clásica Mercurio (versión romana del griego Hermes), el mensajero de los dioses. El artista ha querido traducir la ligereza y rapidez del personaje mediante una postura de gran audacia. El dios desafía las leyes de la gravedad apoyándose únicamente en las puntas de los pies, que apenas tocan la base de la escultura, formada por una cabeza masculina que exhala una bocanada de aire. Se trata de la personificación del viento del sur, figura también divinizada en la mitología clásica y aliada de Mercurio en la propagación de las noticias, buenas y malas. A pesar de esta base reducida, el artista consiguió crear una pieza muy equilibrada, en la que los gestos de los brazos y las piernas están perfectamente equilibrados para permitir que el bronce se sostenga por sí mismo sin necesidad de elementos añadidos. Así, el brazo derecho se eleva hacia el cielo en un gesto expresivo, mientras que el izquierdo retrocede y lo equilibra, sosteniendo la vara emblemática del heraldo. Con esta obra, llena de movimiento, gracia y delicadeza, en la que el artista también trabaja admirablemente el desnudo, se resumen algunas de las aportaciones más destacadas del Renacimiento clásico italiano: la recuperación de la Antigüedad, tanto en los temas como en las formas, la escultura monumental exenta o el desnudo, masculino y femenino. Por otro lado, la búsqueda del movimiento, del dinamismo, incluso de la inestabilidad de la figura, preludian algunos aspectos del manierismo y de las tendencias barrocas de finales del siglo XVI y del XVII.