Descripción

Círculo de Alonso Cano Almansa (Granada, 1601-1667), segundo tercio del s.XVII. San Francisco en oración. Óleo sobre tela. Adjunta certificado realizado en 1996 y expedido por Joan-Ramón Triadó, Doctor en Historia del Arte. 46 x 38 cm. Reentelado.

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Círculo de Alonso Cano Almansa (Granada, 1601-1667), segundo tercio del s.XVII. San Francisco en oración. Óleo sobre tela. Adjunta certificado realizado en 1996 y expedido por Joan-Ramón Triadó, Doctor en Historia del Arte. 46 x 38 cm. Reentelado.

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Madonna barroca maciza en gloria - ATRIBUIDO A JOSÉ DE RISUEÑO (Granada, 1665-1732), ESCUELA BARROCA GRANADINA DEL SIGLO XVII Óleo sobre lienzo medidas: 100 x 78 cm, enmarcado medidas: 120 x 100 cm. Uno de los más destacados pintores y escultores españoles del Barroco granadino. Formado en el taller de su padre Manuel Risueño con los escultores Diego y José de Mora y con el pintor Juan de Sevilla, todos ellos discípulos de Alonso Cano. Con abundante producción artística de carácter religioso, en su obra se aprecia la influencia de los modelos de Cano, su gusto por el naturalismo y el uso de las estampas flamencas de Van Dyck. Entre sus pinturas destacan las escenas religiosas con ejemplos como La Coronación de Santa Rosalía y Los Desposorios Místicos de Santa Catalina (Catedral de Granada), La Virgen del Rosario (colección particular, Almería) y Santo Tomás de Aquino (adquirida en 1911 por el Museo del Prado). Colaboró con Palomino en la ejecución de El Triunfo de la Eucaristía y San Bruno de la cúpula del Sagrario de la Cartuja de Granada (in situ). También realizó retratos, destacando entre ellos el de su protector, el arzobispo Dr. Martín Azcargorta (palacio arzobispal, Granada). En su obra escultórica cultivó los mismos temas que en la pintura, utilizando diversos materiales: barro, madera y piedra, para realizar retablos, portadas y fachadas de iglesias, la mayoría de ellas en su ciudad natal. Procedencia: colección privada, Barcelona. Bibliografía de referencia: Orozco Díaz, Emilio, "Algunas obras desconocidas de Risueño y de Mora (datos y comentarios para el estudio de un tema olvidado de la imaginería granadina)", Archivo Español de Arte, xliv, núm. 175, Madrid, 1971, pp. 233-257; Sánchez-Mesa Martín, Domingo, José Risueño, escultor y pintor granadino (1665-1732), Granada, Universidad, 1972.

Escuela granadina; segunda mitad del siglo XVII. Madera tallada y policromada. Presenta repintes y restauración en la nariz de la Virgen. Medidas: 39 x 34 x 26,5 cm: 47 x 33 x 30 cm (base). La iconografía de la Piedad surge de una evolución gradual de cinco siglos y, según Panofsky, deriva del tema del Threnos bizantino, el lamento de la Virgen por el cuerpo muerto de Jesús, así como de la Virgen de la Humildad. Los primeros artistas que vieron las posibilidades de este tema fueron escultores alemanes; el primer ejemplo que se conserva se encuentra en la ciudad de Coburgo, una pieza de hacia 1320. Con el tiempo, la iconografía se extendió por toda Europa, y en el siglo XVII, tras la Contrarreforma, se había convertido en uno de los temas más importantes de la pintura devocional. Se trata de una talla policromada en madera redondeada que representa el tema de la Piedad: la Virgen sentada con Cristo muerto en su regazo, un tema de profundo dramatismo no sólo por el tema en sí, sino también porque su composición evoca imágenes de la Virgen con el Niño Jesús en su regazo. Iconográficamente, la Piedad es un tema que se ha repetido muchas veces en la historia del arte, sobre todo a partir del Renacimiento. Se trata de una imagen tomada de la Pasión, en la que aparece una Virgen María dolorosa que sostiene el cuerpo muerto de su hijo. En realidad, es una representación plástica del dolor de María ante la verdad de su hijo muerto, y de hecho de este tema derivarían las representaciones de la Dolorosa, en las que sólo aparece la Virgen. Estilísticamente, es evidente que la presente obra está fuertemente influenciada por los modelos barrocos del siglo XVII de la escuela granadina, y no sólo en la iconografía, sino también en el modelo elegido como influencia para la misma, en la decoración de los ropajes, en el colorido, en los rasgos del rostro, etc. La escuela granadina, muy influida por el Renacimiento, contó con grandes figuras como Pablo de Rojas, Juan Martínez Montañés (que se formó en la ciudad con el primero), Alonso de Mena, Alonso Cano, Pedro de Mena, Bernardo de Mora, Pedro Roldán, Torcuato Ruiz del Peral, etc. En general, la escuela no descuida la belleza de las imágenes y también sigue el naturalismo, como era habitual en la época, pero siempre destacaría la intimidad y el recogimiento en imágenes delicadas que se asemejarían un poco al resto de las escuelas andaluzas en otra serie de detalles pero que no suelen tener la monumentalidad de las sevillanas. La obra puede inscribirse, concretamente, en el círculo estilístico del taller Mora (José y Diego). Éste fue uno de los talleres más importantes de Granada en el siglo XVII. El legado artístico de esta familia de imagineros, que abarcó desde el último tercio del siglo XVII hasta la segunda mitad del XVIII, supuso un hito en la escuela granadina. Influido tanto por la obra de Alonso Cano como por la de Pedro de Mena, su influencia le llevó a crear un estilo muy personal y característico.