Louis ARAGON (1897-1982). Manuscrito autógrafo firmado, Prendre son rêve où on le trouve, ou Les ennemis, [1962]; 20páginas en-4, con tachaduras y correcciones. Largo artículo sobre el filósofo Nicolas Berdiaev (1874-1948), publicado en Les Lettres françaises (nº 956) del 14 de diciembre de 1962, en relación con el libro de Lucienne Julien-Cain Berdiaev en Russie, precedido por La Russie est sortie des ombres (Gallimard, 1962). "Si alguien me hubiera dicho, hace algunos años, que leería con una especie de pasión un libro dedicado al filósofo místico ruso Nicolas Alexandrovitch Berdiaev, puedo oír desde aquí lo que habría respondido. Lo que demuestra que no nos conocemos muy bien". El libro de Lucienne Julien-Cain se publicó mientras Aragon terminaba su Histoire parallèle después de "tres años de trabajo ingrato e incesante". Quizá sea lo que he aprendido escribiéndolo lo que me hace estar más abierto a ciertas consideraciones, por incompatibles que parezcan con las ideas por las que soy conocido, en la medida en que al menos me parecen encajar necesariamente en un marco del que no puedo desprenderme, esta Rusia antes y después de 1917, a la luz del cual el detalle Berdiaev adquiere un valor diferente, el carácter de un comentario, se convierte en un elemento de comparación, juega el papel de un trebuchet"... Este libro debe leerse "como una novela filosófica: la novela de una mente y de una época"... Aragon esboza el destino de Berdiaev, antes de relatar lo que le ocurrió al filósofo durante los primeros años de la Revolución, y en particular con Dzerzhinsky... Sigue una reflexión sobre el restablecimiento de las normas leninistas, incluso en la vida cultural soviética... "No tener miedo a la verdad, al contrario, encontrar el orgullo en ella, me han parecido siempre las cartas de nobleza de los escritores que pretenden transformar el mundo a través del hombre. No puedo sino acoger como una gran esperanza, no sólo para la literatura, sino para la humanidad, el hecho de que aquellos que aún pretenden necesitar prohibiciones, que han servido sobre todo para enmascarar una distorsión del socialismo, sean ahora derrotados -y tal vez no sea tan sencillo-. [...] Me cuento entre los que afirman el vínculo necesario entre creación artística y política"...